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OASIS – ‘Knebworth 1996’

Es imposible encontrar unos Oasis mejores que estos.

OASIS - 'Knebworth 1996' Crítica disco

En el momento en que Oasis hicieron sus dos conciertos en Knebworth,  probablemente fuera la banda más popular que nunca había existido en Inglaterra. Seguramente ni los mismos The Beatles tuvieron una punta de popularidad tan salvaje como la del quinteto de Manchester en aquellos momentos.

Y es que parecía que unos meses después de la edición de (What’s The Story) Morning Glory, todo Reino Unido -especialmente esa clase trabajadora de la que ellos eran claros exponentes- se hubiese puesto de acuerdo en considerar a Oasis como un tesoro nacional al que había que cuidar y loar. Pocos momentos pueden reflejar el aquí y ahora como lo hicieron esos dos conciertos celebrados los días 11 y 12 de agosto de 1996, a 125.000 personas por noche. Se dice que, tranquilamente vista la demanda de entradas, podían haber llegado al millón de entradas.

Aunque en futuras entrevistas Liam Gallagher ha mostrado cierta amargura por no haber añadido más conciertos para cubrir toda la demanda, la negativa de Noel en su momento a ampliar esas dos citas -donde fueron acompañados por bandas como The Charlatans, Manic Street Preachers, Kula Skaker o unos The Prodigy también en su momento de gracia- ha hecho que esas dos noches queden como algo icónico y parte fundamental de la historia de la música.

A diferencia de lo que pasa en eventos de este calibre -donde la dimensión del propio evento se come al concierto en sí- en este caso no fue así. Si la popularidad de Oasis se encontraba en su máxima dimensión, también lo estaba la propia banda, musicalmente hablando. Con un repertorio sin una sola fisura, mezcla de sus dos primeros álbumes, algunas de sus caras B más celebradas -‘The Masterplan’ o ‘Acquiesce’-, además de algunos adelantos de lo que sería su tercer álbum como ‘My Big Mouth’ o ‘It’s Gettin’ Better (Man!!)’, es imposible encontrar unos Oasis mejores que estos: se sabían los reyes del mundo, y esa arrogancia y chulería de barrio no podría ser mostrada con más magnitud.

Si bien con el documento sonoro ya hubiese sido más que suficiente, la guinda de este Knebworth 1996 lo pone la película/documental que lo acompaña. Casi dos horas donde desde sus entrañas se muestra la emoción que vivieron todos los fans que asistieron a aquellos conciertos, el excitante viaje que supuso desde hacerse con un ticket a llegar a ese masificado recinto lleno de gente como ellos. A poco que hayas tenido una mínima conexión emocional con Oasis, es casi imposible no sentir escalofríos cuando suenan ‘Wondewall’ o ‘Supersonic’, e incluso sorprende ver como los propios componentes de la banda -incluidos los dos hermanos Gallagher- hablan de aquello con la emoción de un niño.

Pese a que momentos de popularidad como esos son imposibles de prolongar en el tiempo nadie podía pensar que aquello era el principio del fin. El zozobrante equilibrio que habían tenido los dos hermanos hasta el momento -hacer grande a la banda estaba por encima de sus diferencias- se fue al garete, y tras un Be Here Now con división de opiniones, la formación que había hecho grande a Oasis desapareció. Y aunque todavía vivimos grandes momentos con ellos, todos estamos de acuerdo en que ya nada fue lo mismo.

RICHARD ROYUELA