A Valediction, una despedida. Será un mensaje de Steffen Kummerer para sus anteriores compañeros (empleados) de Obscura, o, quizá, un guiño al anterior ciclo que significaban los cuatro álbumes previos basados en el nacimiento, la evolución, la toma de conciencia y la consecuente decadencia.
Un camino de una década al que los germanos pusieron final hace tres años con Diluvium y que se cerró con todos los miembros despedidos y las consecuentes noticias de nuevos, y no tan nuevos, músicos. El regreso de Christian Münzner a la formación son grandes noticias musicalmente hablando, aunque estaba claro que los elegidos serían élite en sus instrumentos.
A pesar de la gran calidad de los implicados este disco es una búsqueda de una identidad perdida o, al menos, un intento de ofrecer algo nuevo tras perder las ataduras del concepto. Es el álbum más heterogéneo que Obscura han compuesto hasta la fecha: los elementos del death metal de la escuela de Göteborg que encontramos en temas como ‘When Stars Collide’ contrastan con los tempos medios de ‘Devoured Usurper’, que huele a un death metal americano que echa para atrás.
En general las composiciones tienen elementos muy clásicos, especialmente en el tratamiento de los solos, las introducciones y puentes que son por momentos casi heavy metal, y de repente entras en una batalla de guitarras barroca que te transporta a los 80. Hay muchísimos momentos en los que te preguntas ‘¿Qué está pasando?’.
Naturalmente, hay elementos durante todo el recorrido que te recuerdan que estás escuchando a los alemanes: el bajo fretless súper cálido, la voz, cada vez más cruda y desgarrada, de su frontman… Hablando de eso, ¡decidme que no soy el único que escucha a Tomas Lindberg de At The Gates en tramos como el inicio de ‘Solaris’!
Sin perder mucho el hilo, éste es el álbum más melódico de Obscura hasta la fecha; cierto es que las líneas melódicas marcando la evolución de los cortes han sido siempre marca de la casa, pero en este caso los elementos clásicos que describo más arriba hace todo más accesible e incluso juguetean con voces limpias en el estribillo de ‘When Stars Collide’, algo inédito en su música y una clara declaración de intenciones.
En definitiva, es un disco con grandes momentos: ‘Devoured Usurper’ es un trallazo y ‘When Stars Collide’ está llamado a ser su himno más masivo; hay momentos oníricos donde perderte como en ‘The Neuromancer’, e incluye una excentricidad como es ‘Orbital Elements II’, que enlaza en motivos con la primera parte en Cosmogenesis.
A Valediction es una obra amena, pero le falta la consistencia y empaque que sus trabajos pasados tenían. Está más enfocado en singles que en ser un trabajo redondo, lo cual quizá haga a la banda más conocida fuera del género, pero menos disfrutable para los fans de toda la vida.
ABEL VALDELVIRA