Hacía tanto tiempo que no teníamos noticias de OFF! que casi se nos había olvidado echarles de menos. Afortunadamente y tras ocho años de silencio, la banda encabezada por el incombustible Keith Morris y el guitarrista Dimitri Coats está de vuelta a las andadas.
Ya notamos que algo se estaba moviendo cuando hace justamente un año la superbanda de hardcore reaparecía a través de una salvaje versión de ‘Hollier Than Thou’ destinada al recopilatorio The Metallica Blacklist. En ella pudimos comprobar que Steve McDonald y Mario Rubalcaba habían dejado sus puestos a dos nuevos fichajes: el bajista Autry Fullbright II y el batería Justin Brown.
Ignoro si las nuevas incorporaciones habrán traído aires de renovación o simplemente Morris y Coats venían con ganas de darle una vuelta de tuerca a su sonido, pero el caso es que Free LSD (menudo título) nos devuelve a una formación que, aún siendo reconocible, parece decidida a no repetirse. A su crudísimo punk rock ahora se añaden nuevas influencias que ayudan a refrescar su propuesta.
Como si del setlist de un concierto se tratara, la veintena de cortes que aquí presentan se divide en cuatro bloques en los que OFF! explota toda su inmediatez y contundencia. La diferencia es que a cada pildorazo de frenético hardcore old school (‘Slice Up The Pie’, ‘Kill To Be Heard’, ‘Muddy The Waters’, ‘Suck The Bones Dry’) se le ha añadido un extra de ruidismo donde la guitarra de Dimitri escupe capas de sonido aparte de riffs despiadados. Ni tan siquiera los interludios conceden apenas un momento para respirar, ya que siguen sobrecargando la atmósfera extraña y alucinada que envuelve todo el álbum.
Es en ‘War Above Los Angeles’, ‘Black Widow Group’, ‘Murder Corporation’ y ‘Peace Or Conquest’ donde empezamos a atisbar ecos provenientes del metal que les dan un toque caótico más que bienvenido. Escuchándolas, me los imagino saliendo de gira tanto con Bad Religion o The Bronx como con Mastodon y Red Fang. Añade los textos de un Keith Morris que a sus 67 primaveras todavía mantiene intacto todo el espíritu crítico de sus años mozos con unas letras repletas de fatalismo post-apocalíptico, y tendrás ante ti uno de los trabajos más valientes dentro del género que se vayan a publicar en este curso.
La ilustración de Raymond Pettibon (autor de las míticas portadas de Black Flag o el Goo de Sonic Youth) termina por redondear el retorno de una banda necesaria para demostrar que el punk aún es capaz de sobrevivir y mutar en diferentes formas para seguir siendo relevante.
Lástima que hayan cancelado los conciertos que tenían previsto para esta semana en nuestro país. Esperemos que en 2023 podamos quitarnos la espina.
GONZALO PUEBLA