Pulley es una de las bandas que formará parte del Vans Tour que en mayo del año que viene servirá para celebrar los 40 años +2 de Bad Religion. Una fantástica excusa para conectar con su cantante Scott Radinsky y recordar viejos tiempos.

El californiano Scott Radinsky podría haber tenido una vida relativamente tranquila si se hubiera dedicado exclusivamente al beisbol. En 1986, cuando tenía 18 años, fue elegido como pitcher por los Chicago White Sox, y durante los tres años siguientes jugó en las ligas menores con muy buen rendimiento, algo que le llevó a dar el salto al mundo profesional jugando con equipos como los White Sox, Los Angeles Dodgers o los St. Louis Cardinals, hasta que en 2001 se retiró con 34 años.

Pero además del deporte, Scott tenía otra pasión: el punk rock. A principios de los 80 formó parte de Scared Straight, que acabarían convirtiéndose en Ten Foot Pole. Y cuando dejó el grupo en 1994, por culpa de las tensiones que provocaba su carrera deportiva, formó Pulley con los que ha seguido haciendo música hasta día de hoy. Y por lo que nos cuenta, en 2022 podremos disfrutar de un nuevo álbum.

Veo que tienes la pared llena de flyers y pósters de conciertos. ¿Cuál fue el primer concierto punk al que fuiste?
SCOTT RADINSKY «Vi a Fear en Los Angeles cuando tenía 14 años. Tocaron también Social Distortion y otras bandas que nadie recuerda (risas). De hecho, fue relativamente cerca de donde vivo ahora, a unas 10 millas. En esa época daba bastante miedo ir a bolos».

¿Cómo descubrías nueva música en esa época?
«Tenía un amigo con el que iba a la escuela, y empezó a escuchar punk rock gracias a su hermano mayor. Y nos empezó a pasar discos a la pandilla, y a todos nos encantó. Éramos los pringados de la escuela, así que parecía música hecha para nosotros».

¿Que el punk rock se haya convertido en parte de la cultura te parece positivo?
«Al principio era un comunidad pequeña, así que quizá era más especial. Sabías que eras diferente y que la gente a tu alrededor distinta. Quizá suene estúpido, pero la ropa que llevabas o tu peinado, te identificaban como parte de ‘algo’. Ahora es difícil saber quién escucha punk y quién no. Ya no es una escena, es simplemente música. Pero quizá sea algo bueno. Mucha gente se lo curró para abrir el camino, así que está bien ver que sirvió para algo. Es como haber visto crecer a un niño».

¿Cuándo sentiste el deseo de convertirte en músico?
«Desde pequeño. Me gustaban mucho Kiss, y aprendí a tocar la guitarra, la batería… Mis padres siempre me apoyaron. Y cuando cumplí 12, 13 años, empecé a buscar amigos para tocar en el garaje».

Tu historia es realmente interesante por esa dualidad deportista/músico. ¿Cómo veían tus compañeros de equipo que cantaras en una banda punk?
«Siempre intenté mantenerlo separado. La gente del deporte no entendía la música, y la gente de la música no entendía el mundo del deporte. Era como tener dos identidades distintas. Me ganaba la vida como deportista, pero a la vez dormía en el suelo en casa de gente cuando salía de gira. A lo largo de los años ambos mundos fueron convergiendo, pero seguí intentando mantenerlo separado».

¿Te tocaba pagar muchos gastos del grupo simplemente porque tenías más pasta que el resto?
«Como sabrás tocar en una banda de punk no es un buen negocio (risas), cuesta mucho dinero, y con suerte cubres gastos. Así que sí, a veces me tocó pagar las camisetas, o comprar billetes de avión (risas)«.

¿Es comparable la dinámica de una banda a la de un equipo?
«El concepto es parecido. Quizá una banda sea más democrática, pero al final también tiene que haber alguien que tire del carro. En un equipo todo es más individualista, aunque tengas un objetivo común. Es más un trabajo. Haces amigos, pero no es como una banda donde eliges la gente con la que quieres estar».

¿Te preocupaba meterte en un ambiente donde hubiera alcohol y drogas?
«Bueno, siempre he tenido mucho autocontrol. Y en el mundo del deporte también hay alcohol y drogas (risas)».

El año que viene estaréis tocando con Bad Religion por aquí. ¿Qué impacto tuvieron en ti y en la escena de Los Angeles desde tu punto de vista?
«Para mí hubo como dos etapas de Bad Religion. La primera fue cuando los descubrí, con How Could Hell Be Any Worse?. Eran uno de los grupos más activos de la escena, pero luego entraron en una especie de hibernación. No diré que desapareciesen, pero apenas tocaban. Y la segunda etapa fue cuando sacaron Suffer. Eran como unos nuevos Bad Religion. Tuvieron un gran impacto en la escena, las melodías, las letras sociales… Quizá para mí no tanto a nivel personal, pero desde luego, tuvieron una gran influencia en general».

Antes de Ten Foot Pole tocasteis bastantes años como Scared Straight sin demasiado éxito. ¿Se te hizo raro cuando de golpe la gente os empezó a hacer caso?
«Siempre es extraño cuando gustas a la gente (risas). Pero sí, habíamos estado tocando y girando durante 12 años. No quiero decir que nos lo hubiéramos ganado, pero a esas alturas éramos una banda sólida y cuando nos llegó la oportunidad de sacar un disco con Epitaph, sabíamos que funcionaría simplemente por el tirón del sello. Además en aquel momento tenían pocas bandas. Creo que estaban Bad Religion, NoFx, Pennywise, Rancid y nosotros. Así que tuvimos exposición y credibilidad. Pero tampoco hubiera servido de nada si no hubiéramos hecho buenas canciones».

¿Cómo viviste la transición de Ten Foot Pole a Pulley?
«Bueno, fui invitado a dejar a Ten Foot Pole, pongamos un miércoles, y el jueves, hice unas llamadas y formé Pulley. Así que una transición muy fácil. Todos los miembros eran amigos, con los que ya había tocado antes. Para mí fue un buen cambio. La etapa final en Ten Foot Pole fue extraña, porque las cosas iban bien, habiendo sacado el disco con Epitaph, pero todo el mundo se llevaba fatal».

¿Habrá pronto nuevo disco de Pulley? Hace cinco años ya de No Change In The Weather…
«Sí, estamos trabajando en ello. Tenemos unas 15 canciones y en enero empezaremos a grabar. Esperamos que cuando vayamos a España ya esté listo. Creo que tenemos buenas canciones. Suenan a Pulley».

Para terminar ¿cuál es la camiseta de otro grupo más vieja que conservas?
«Oh, tengo muchas. De hecho, las más viejas, tres o cuatro, las guardo todavía en casa de mi madre (risas)«.

JORDI MEYA