Según han explicado ellos mismos, la creación de Darker Still surgió de un periodo turbulento en el seno de Parkway Drive.
Pese a su imagen de surferos risueños, los australianos no han sido inmunes a los problemas internos que afectan a cualquier banda que alcanza su nivel, y el estrés, los excesos y los egos empiezan a pasar factura. Su temor a causar daños irreparables en su amistad y salud metal, incluso les llevó a abortar la gira por Estados Unidos que tenían prevista para la pasada primavera. Pero fueran cuales fueran las circunstancias, su séptimo disco no suena como la obra de un grupo en crisis, sino todo lo contrario. La grandiosidad con la que sus nuevas canciones brotan de los altavoces transmiten que el grupo va sobrado de confianza y ambición.
‘Ground Zero’ nos recibe con unas notas de xilofón y la voz limpia de Winston McCall con una melodía muy emo (no puedo evitar pensar en Brand New), pero rápidamente se giran las tortas y aparece un punteo de guitarra que haría cantar a 80.000 personas en el Wacken y cuya melodía marca también su potente estribillo.
Me sigue resultando sorprendente que la mayoría de influencias de esta nueva etapa del grupo procedan mayoritariamente de sonidos europeos. Los solos doblados de guitarra, los coros, los riffs, la presencia de teclados haciendo de colchón, te invitan a pensar que en su casa suenan mucho Amon Amarth, Arch Enemy, y por supuesto Rammstein, cuya huella está muy marcada en ‘If A God Can Bleed’, ‘Land Of The Lost’ o ‘From The Heart Of The Darkness’; casi parece que las pausas estén pensadas para que escupan una llamarada desde el escenario.
Dicho esto también encontramos sonidos de sabor más americano como en ‘Glitch’, con un semi rapeado en las estrofas y un estribillo que podría pertenecer a una banda imaginaria que se llamara Linkin Parkway, la contundente ‘Soul Bleach’ con un punch a lo Fear Factory, o por supuesto la épica balada que da título al disco y suena como una mezcla entre ‘Nothing Else Matters’ y ‘The Unforgiven’ de Metallica. Cuando la escuché como single no me acabó de convencer, pero integrada a mitad del disco ha ido ganado puntos.
Podríamos decir que Darker Still es la culminación de esa transición que empezó con Ire en 2015 y que les ha llevado a pasar de compartir fans con Comeback Kid o Cancer Bats a hacerlo con Rammstein o Sabaton, y a competir con ellos en la magnitud de sus producciones en directo. Personalmente no es la evolución que hubiese preferido, pero la comprendo, y hay que reconocer que saben sacarle mucho partido a este sonido más metal.
DAVID GARCELL
