Актуальное рабочее зеркало казино 1win на сегодня! Заходите на официальный сайт и выигрывайте джекпот. Регистрация и бонусы за вход. https://cristalloarezzo.it https://antiquariatolalucerna.it https://turismochoapa.cl https://ristorantelaguardiola.it
Inicio Críticas de Discos PEARL JAM – ‘Dark Matter’

PEARL JAM – ‘Dark Matter’

Se nota que se han permitido divertirse en el estudio.

Con todo el revuelo levantado por el desorbitado precio de las entradas de su próxima gira, casi se nos había pasado por alto que la salida de un nuevo disco de Pearl Jam se acercaba en el calendario. Y, la verdad, no es de extrañar.

Como fan de los de Seattle desde hace años, reconozco que nunca antes había sentido tan poca excitación previa a un lanzamiento suyo. Ya no es solo que el coste prohibitivo de los tickets para verlos este mes de julio en sus dos conciertos de Barcelona haya significado un bajonazo para muchos seguidores (a día de hoy todavía queda papel más que de sobra para ambas fechas), sino que la propia banda apenas ha puesto de su parte para intentar paliar el desánimo generalizado. Ninguno de los singles de adelanto, ni las escasas reviews que han ido apareciendo en algunos medios especializadas estas semanas, han conseguido elevar el entusiasmo de la hinchada alrededor de una banda que antaño levantaba verdaderas pasiones.

Viendo los antecedentes de sus últimos e irregulares (siendo amables) trabajos, al menos tenía depositadas ciertas esperanzas en Andrew Watt. El joven productor se ha ganado la merecida fama de revitalizar a varios artistas ya en el ocaso de sus carreras (lo álbumes más recientes de Ozzy Osbourne, Iggy Pop o el exitoso Hackney Diamonds de The Rolling Stones son en buena parte culpa suya). De hecho, el haber trabajado en el anterior Earthling de Eddie Vedder, es lo que ha provocado que los padres de Ten hayan tardado menos de lo previsto en regresar al estudio de grabación.

Y la verdad es que, tras poder escucharlo varias veces a lo largo de estos días, puedo afirmar que Watt ha vuelto a dar una vez más con la tecla para reactivar a unos músicos que andaban en horas bajas. No sé cuál será su secreto, pero hacía tiempo que no escuchaba a Pearl Jam tan inspirados y sobre todo vibrantes como lo hacen en Dark Matter. Reconozco que ya tenía preparado el machete antes de ponerme a escribir esta reseña y, por suerte, he tenido volver a enfundarlo. Lo avanzo ya: es su mejor obra en casi dos décadas. Que no es poco.

Entrando directamente en materia (oscura, por supuesto), la apertura nos presenta el primer guiño al pasado con una introducción que evoca a la transición ‘Master/Slave’ que abría y cerraba su debut. Como iremos viendo, estamos ante un disco que, sin apelar a la nostalgia barata, sí es auto referencial en varios instantes. Los dos primeros envites, ‘Scared Of Fear’ y ‘React, Respond’, sirven de prometedor tanteo dejando entrever ciertos brotes verdes. Especialmente la segunda, donde Jeff Ament gobierna con empuje a través de su bajo y Mike Mcready comienza a calentar los dedos en una recta final instrumentalmente electrizante. Se nota que se han permitido divertirse en el estudio.

Con ‘Wreckage’ la cosa empieza a ponerse interesante. Bajando las pulsaciones nos encontramos un medio tiempo con claros ecos a ‘Daughter’ por esos acordes iniciales. La canción va subiendo hasta llegar a un coro que puede dar mucho juego en los directos. La titular ‘Dark Matter’ marca musculo propulsada por un riff cortante y poderoso. Como si se disfrazaran de sus colegas Soundgarden, estamos ante unos Pearl Jam hipervitaminados y viscerales sin sonar forzados. Nuevamente, McCready suma puntos en el casillero para ser considerado el MVP del álbum. Se le ve tremendamente motivado a las seis cuerdas. Mención aparte merece también Josh Klinghoffer. Además de haberse incorporado como músico de apoyo en directo en estos últimos años, el ex-Red Hot Chili Peppers aparece acreditado como compositor y arreglista de teclados, piano y guitarras. ‘Won’t Tell’, un medio tiempo melódico de tintes radio friendly, se encarga de cerrar la primera cara. No es mala, pero sí es el corte más débil del tracklist.

En contraposición, ‘Upper Hand’ termina por confirmar las buenas sensaciones de forma espectacular. Tras una larga introducción, comienza a construirse un medio tiempo que recuerda tanto a ‘Nothing As It Seems’ de Binaural (sin llegar a las mismas cotas de tenebrosidad) como a ‘Better Man’ de Vitalogy. El último minuto y medio, con unos Vedder y Mcready estelares bien respaldados por sus compañeros, es sencillamente glorioso. Las alegrías se suceden en ‘Waiting For Stevie’, una pieza que debe su curioso título a una anécdota que se remonta a la grabación de Earthling, ya que Vedder escribió el primer boceto del tema mientras aguardaba a que Stevie Wonder apareciera en el estudio. Inspirada claramente en la b-side ‘Breath’, hacía tiempo que no sonaban tan decididamente noventeros.

Claro está que la banda lleva arrastrando ciertos tics desde hace tiempo y que aquí tampoco han desaparecido del todo. ‘Running’ viene a cubrir la cuota punk rock en la que llevan insistiendo sin demasiado acierto desde hace unos cuantos discos. Sin embargo, se siente más creíble que los anteriores intentos en esa parcela. Por su parte, ‘Something Special’, la habitual composición de Vedder en solitario en una onda a lo Tom Petty, aquí resulta hasta simpática. Ninguna de las dos es destacable por sí sola, pero al estar bien arropadas por el resto de sus compañeras, acaban aportando en su función de aliviar tensiones, despejando el camino para el último tramo.

Apuesto a que ‘Got To Give’ será una de las grandes tapadas de este duodécimo álbum del quinteto. Tras un bonito arranque a base de unos arpegios acústicos, se inicia un tema de rock alegre y vitalista a lo The Who. Bien podría servir como reflejo de lo que supone Dark Matter para estos renovados Pearl Jam. ‘Setting Sun’ baja la persiana acudiendo a otro medio tiempo armado de percusiones tribales, acústicas y contrabajo que va creciendo sin necesidad de acelerarse, dejándote (o al menos a mí me ha ocurrido) con ganas de volver a pincharlo de nuevo. ¿Quién lo hubiera dicho a estas alturas del partido?

Y sí, puede que me esté dejando llevar por el entusiasmo de las primeras impresiones. Pero aun admitiendo que no estamos ante un álbum ni mucho menos perfecto, Dark Matter nos ha traído de vuelta a un grupo al que muchos ya dábamos por perdido. Uno que reconecta con ciertos puntos de su pasado, al tiempo que asume lo que es a día de hoy: unos músicos sexagenarios que, contra todo pronóstico, todavía están más vivos de lo que imaginábamos.

GONZALO PUEBLA