Siempre se dice que una banda es como una relación de pareja. Y existen ciertos clichés que se pueden aplicar a ambos frentes. Que si la distancia mata el amor, que si las segundas oportunidades nunca funcionan … Lo mejor siempre es intentar ser honesto, analizar si la cosa funciona o no y tomar decisiones.
Y aunque no he estado en la sala de ensayo de Proudz, da la impresión de que sus integrantes se han mirado a los ojos, se han dicho lo que se tenían que decir y han llegado a la conclusión de que lo mejor era continuar pese a que ello supusiese el adiós de su carismático cantante. Una acción dura y que me imagino que trajo consigo alguna que otra lagrimilla, pero seguramente necesaria para la subsistencia.
Y es que ya sabemos que la voz tiene difícil sustitutivo. Sin embargo, he de reconocer que estoy sorprendido de como los madrileños han resuelto la ecuación. Fernando asume la responsabilidad y se descuelga con un timbre que nos recuerda a sus tiempos old school.
Y es que su último lanzamiento, el que supuso el retorno tras más de una década de silencio, sonó fuerte y contundente pero tenía un aroma a metal elaborado que lo alejaba de ese espíritu macarra de sus inicios. Era un buen disco pero estaba carente de aquello que sí vemos en estas dos nuevas canciones: de mala hostia gamberra y directa.
«Cuando el río baje teñido de sangre» es una frase definitoria de lo que te vas a encontrar en este single de dos canciones. Dolor, odio, venganza y escupitajos. Además, los clásicos breakdowns marca de la casa sonando apabullantes e incitando a bracear y dar patadas al aire como si no hubiera mañana.
Las letras, trabajadas y buscando dar esa motivación extra al que lo escucha. El caer y levantarse llevado a su máxima expresión. Sí, esas historias de perdedores llenas de épica que tanto nos gustan. Mención especial al fichaje de Carlos Ocen a la segunda guitarra incorporando al conjunto más juego y combinación.
Y claro, es aun pronto para afirmarlo, pero el cambio parece ser para mejor. Los que amamos las formas del Rana sabemos que la nueva etapa nos va a dar alegrías. Pese a que él ya no va a estar. Nuestra fe es indestructible. Sin nada que perder.
DAVID (IPANEMA LEAKS)
