En los últimos días los fans de Fear Factory están asistiendo a un cruce de declaraciones entre el guitarrista Dino Cazares, el vocalista Burton C. Bell y también el ex bajista Christian Olde Wolbers a propósito de un supuesto nuevo álbum de la banda. ¿Qué está ocurriendo realmente?

Todo empezó cuando el pasado 2 de septiembre Cazares anunció el lanzamiento del que sería su décimo disco, en principio titulado Monolith, para el año que viene e inició una campaña de crowdfunding en GoFundMe solicitando 25.000 dólares para poder terminarlo.

Sin embargo Bell, lanzó un mensaje en el que decía: «Dejadme ser claro. No soy parte, ni me estoy beneficiando, de ninguna campaña en GoFundMe».

A lo que Cazares respondió más tarde: «(Burton) cantó en el disco y sus partes están terminadas. Las donaciones son para grabar baterías reales, mezclas, mastering, además de teclados, y el equipo de producción y músicos deben ser pagados por su increíble trabajo. Sin duda Burton se beneficiará de un disco que suene genial».

Preguntado sobre el nuevo álbum el pasado jueves, en el podcast Aftershock, Bell comentó: «Bueno, terminamos y entregamos un nuevo disco de Fear Factory en 2017, mezclado, masterizado, diseñado y todo. Ahora, veremos cuando Nuclear Blast lo publica. No tengo ni idea. Mi atención está en Ascension Of The Watchers». (La banda publicará su segundo álbum, Apocrupha, el próximo 9 de octubre a través de Dissonance Production).

Para acabarlo de rematar, Christian Olde Wolbers, que junto al ex batería Raymond Herrera perdió un pleito para impedir que Cazares y Bell pudieran usar el nombre Fear Factory, ha respondido a un fan que le preguntaba si formaría parte del la banda en 2021. «No perdimos (el pleito). Les dejamos ganar. Es todo lo que tienen, sabes. No puedo trabajar con gente que no es de fiar. Uno es bipolar y el otro es un pedófilo».

Pese al grave comentario, Cazares ha intentado entrar en polémicas y ha respondido a través de Twitter. «Entiendo por qué Christian me está atacando, a nadie le gusta perder algo tan grande. A pesar de todos los comentarios negativos que ha dicho sobre mí, todavía le de deseo la mejor suerte con todos sus grupos».

 

Debido a toda la confusion creada en las redes, Cazares ha escrito un nuevo comunicado intentando aclarar la situación.

«Esto es para aclarar algunas de las polémicas sobre la página de Fear Factory en GoFundMe. No es una estafa. Todos los donativos son para cubrir nuevos costes de producción y no para los costes legales de nadie». 

«La versión previa de la grabación, que se completó en 2017, tenía batería programadas. Decidí no volver a cometer ese error y llamé a Mike Heller para que tocara todas las baterías del disco. También decidí añadir algunos teclados de Rhys Fulber y otros teclistas. Damien Rainaud tomó las riendas de la producción para todo esto, y Andy Sneap también se encargó de la mezcla y el mastering. Todos hicieron un trabajo magnífico en Genexus (su anterior disco de 2015) y decidí traerlos de vuelta para el nuevo disco. Las voces de Burton que se grabaron al completo en 2017 se mantendrán en la nueva versión del disco».

«Fear Factory sobrepasó el límite de dinero de la discográfica para completar la nueva versión del disco. Por esta razón, y sólo por esto, se tomó la decisión de pedir donaciones externas».

Veremos en qué acaba todo esto, pero teniendo en cuenta todo este embrollo, más vale que el disco sea realmente bueno.