Es paradigmático que hasta en el único álbum que se puede tildar de mediocre en la discografía de Queen (absteniéndonos de la banda sonora de Flash Gordon), Deacon y cía. tenían escondidos grandes temas en la recamara.
En esta edición de lujo se remarca aún más esa excepcionalidad. Los singles ‘I Want It All ‘-al que sólo le sobran los sintetizadores-, ‘The Miracle’, ‘Breakthru’ y el grand finale con ‘Was It All Worth It’ son casi de lo mejor grabado por el grupo en los ochenta. A su lado hay canciones simpáticas como ‘The Invisible Man’ u horrendas como el dúo que abre el álbum, y, en el mejor de los casos, simplemente aceptables al estilo de ‘Scandal’.
El segundo cedé con las sesiones de The Miracle muestra sensaciones parecidas. Es cierto que ‘Party’ gana tocada casi en directo, pero en general todo se diluye y termina aburriendo. Entre lo mejor, las conversaciones de la banda haciendo una jam antes de darnos un ‘I Want It All’ que no deja prisioneros, una versión igual o casi tan buena de ‘Breakthru’ que la original y, de nuevo sobresale ‘The Miracle’ con algunos versos diferentes y el final que quería poner a la canción John Deacon. ‘Was It All Worth It’ se nota que está en proceso embrionario y el resto es desechable.
De los inéditos, muchos ya filtrados con anterioridad en internet, destaca ‘I Guess Were Falling Out’ y ‘When Love Breaks Up’. ‘Face It Alone’, el tema que salió como single y reventó los charts de iTunes en casi todo el mundo, sigue un patrón más oscuro y parecido al tono depresivo del álbum Innuendo, sólo que aquí la canción es totalmente prescindible al contrario de las contenidas en el último disco de Queen que Mercury vio lanzarse en vida.
‘Water’ es interesante a nivel atmosférico, con la voz de May. Del guitarrista precisamente sobra Y’ou Know Belong To Me’, que firma como él sólo (rompiendo el pacto de firmar todos que se selló en este álbum) y toca con su guitarra, sin ningún acompañamiento del resto del grupo. Con tan poco, les ha bastado para alcanzar el número seis de las listas inglesas, y no precisamente por la edición de dos cedés reseñada aquí, sino por la caja saca cuartos para completistas.
IGNACIO REYO
