R.A.M.B.O. es un cuarteto afincado entre Filadelfia y Los Angeles que se formó poco antes del cambio de milenio; después de quince años inactivos han vuelto con Defy Extinction, su tercer disco.
No me fijé en su momento en los dos álbumes anteriores que sacaron, pero sí que os aseguro que el parón de tantos años les ha sentado de maravilla escuchando los resultados actuales: Defy Extinction es una bomba de relojería que acaba de explotar en forma de hardcore bruto en la onda de Blood For Blood, Stampin’ Ground, Ryker’s, Judge, Hatebreed (primera época, cuando aún no estaba claro si tocaban hardcore o metal) o Integrity.
Probablemente ya hayas oído antes estos ritmos, pero pocas veces lo habrás hecho de esta forma, con la potencia y agresividad que desprenden estos cuatro tipos. Si no te engorilas cuando suenan cañonazos como ‘Who Let The Sheepdogs Out?’, ‘Authorities > Authority’, ‘Judas Goat’ o ‘Blizzard Brigade’ es que eres un poser. En ‘Q: And Children? A: Real Children’ los gritos habituales se combinan con una voz femenina a cargo de Nicole Enriquez que chilla como si se acabara el mundo; ambas voces se van dando la alternativa con acierto y eso añade un punto diferencial al conjunto de un álbum que, de haberlo descubierto antes, hubiera ido directo al podio de mis favoritos de 2022.
El nombre de la banda es el acrónimo de Revenge for Authoritarian Massacre of Biodiversity for Oligarchs, toma ya, así que no sorprende que las letras de las canciones sean monotemáticas sobre la extinción de algunas especies animales y vegetales. Por ejemplo, la de ‘Cattle Tyrant’ ataca directamente al expresidente brasileño Jair Bolsonaro y su política de destrucción de las selvas amazónicas.
Defy Extinction contiene 16 temas cortos, de apenas un par de minutos cada uno, que van directos a explotar a tus tímpanos. No hay duda posible, lo de R.A.M.B.O. es el hardcore rápido, agresivo, con parones, una pizca de metal y mogollón de coros. Cuando termine, no te sentirás las piernas.
JORDIAN FO
