Lo dijimos hace unos meses y lo repetimos ahora. Rival Sons se han propuesto que 2023 sea el año de su consagración definitiva como una de las grandes bandas de classic rock 70’s de su generación. Así lo constataron el pasado verano con Darkfighter y ahora rematan la faena en Lightbringer.
Pocas formaciones dentro de su estilo han sabido mantener un nivel de calidad tan alto durante tanto tiempo a lo largo de los últimos años. Solo nombres como Graveyard o DeWolff (ambos también con trabajos notables en el presente curso) han sido capaces de estar a la altura. Sin embargo, y como también venimos insistiendo, lo mostrado en su hoja de servicios no se corresponde con su nivel de popularidad. El combo angelino se ha quedado estancado en el circuito de grandes salas y no tiene pinta de que vayan a aspirar a ascender a una división mayor. Es una posición digna, pero por historial parecían estar destinados a mucho más.
Lamentaciones aparte, su segundo esfuerzo en menos de seis meses viene a servir de perfecto complemento a la primera parte que editaron en junio. Son apenas seis nuevos temas en media hora, lo cual puede dar la impresión de que estemos ante una especie de EP o mini álbum con temas sobrantes de las mismas sesiones de Darkfighter. Nada más lejos de la realidad, pues su contenido tiene valor por sí mismo.
En contraposición a su hermano gemelo, Lightbringer se descubre como una obra ligeramente más contenida, pero igualmente exuberante. Curiosamente es ‘Darkfighter’ el encargado de abrir el baile al tiempo que une ambas referencias. Un corte protagonizado por una cálida introducción de base acústica que se va desarrollando hasta explotar en un festín de guitarras con aroma sureño. Scott Holiday, que siempre se ha caracterizado por saber economizar sus recursos, se permite por una vez dejarse llevar combinando acústicas y eléctricas en un extenso pasaje instrumental, además de dejar espacio para otro solo de órgano. Una apertura de 9 minutos para presentarse por todo lo alto.
Marcando el tono en forma de medios tiempos, nos encontramos con ‘Redemption’ y ‘Mosaic’, dónde muestran la cara más tierna e intimista del grupo sin renunciar a la intensidad. Por descontado, Jay Buchanan vuelve a hacer gala de su chorrazo de voz, sintiéndose muy cómodo cuando toca bajar el ritmo. Y si hay que subirlo en otro de los highlights como es ‘Before The Fire’ (un guiño nada disimulado a su álbum de debut), se encarga de liderar a sus compañeros en una pieza épica que sería una de las cumbres de su cancionero si no fuera porque ya acumulan unas cuantas en su haber.
Para añadir algo de mordiente, también han incluido un par de balazos marca de la casa como son ‘Mercy’ y ‘Sweet Life’. Poca novedad aportan salvo que son dos singles buenísimos como suelen acostumbrar y que redondean un año perfecto para Rival Sons. El único “pero” que cabe ponerles es que no nos hayan incluido dentro del extenso tour europeo que están llevando a cabo ahora mismo. Confiemos en que lo subsanen el próximo verano.
GONZALO PUEBLA