El tiempo no siempre cura las heridas a buen ritmo. En el caso de Riverside, además, su principal vía de escape está directamente relacionada con su pesadumbre más profunda. La muerte de Piotr Grudzinski aún es demasiado reciente.

Tras aquel póstumo Eye Of The Soundscape, sus compañeros han trabajado duro para pasar página, como es el caso de Mariusz Duda con Lunatic Soul y sus discos en solitario. Pero, dos años después, el actual trío todavía necesita dar marcha atrás y reconducir su duelo dentro de la propia banda. De ahí nace Wasteland, un álbum más duro, más oscuro y aún más emotivo de lo que nos tienen acostumbrados.

Sin embargo, el resultado no podía ser más positivo. Se trata de un disco lleno de contrastes, como ocurre con los sollozos a capella envueltos por violines de ‘The Day After’, o en la propia ‘Wasteland’, una especie de western mezclado con sonidos eslavos. Su esencia post apocalíptica, inspirada en películas como The Road o The Day After, llega a su culminación con ‘The Lament’, el tema más conmovedor.

Mariusz ha asumido perfectamente el papel de Grudzinski como guitarrista principal, manteniéndose en sintonía con la sombría perspectiva de Michał Łapaj y Piotr Kozieradzki. De este modo han superado este viaje introspectivo con creces, convirtiendo su dolor en un nuevo punto de partida. Wasteland supone el segundo debut de Riverside con el que vuelven a explotar todo su potencial. Estoy segura que su eterno compañero está muy orgulloso de ellos allí donde esté.

ALBA RODRIGO