Autor: Rob Halford
Editado por: Es Pop
Rob Halford es el puto amo, pongámoslo ya por avanzado. Alguien que puede ser toda una reinona -y se jacta de ello- y al mismo tiempo la voz que ha definido el heavy metal -por algo se apoda The Metal God- tiene que ser alguien especial.
Se ha hecho esperar, pero finalmente el cantante de Judas Priest ha editado su autobiografía, que además la tenemos en nuestras manos traducida -excelente trabajo como siempre en este aspecto de la editorial Es Pop- casi al mismo tiempo que la edición original. Si alguien tenía miedo de que Confesión no estuviese a la altura de lo que se podía esperar, no se le puede culpar. Las decepciones de los libros de Bruce Dickinson y K.K. Downing fueron algo duras de digerir, por lo que era mejor no hacerse grandes expectativas. Pero nada más lejos de la realidad. Rob Halford lleva con maestría -y con esa inigualable flema inglesa- las historias paralelas de su carrera artística y esa homosexualidad que tuvo que mantener oculta durante gran parte de su vida.
Ser cantante de una de las bandas de heavy metal más importantes de los 80 estaba totalmente reñido con ser homosexual y mientras Judas Priest crecía exponencialmente en Estados Unidos, más sórdidas se volvían sus aventuras sexuales, y más aumentaba el temor de que si era descubierto la carrera de la banda se fura por el retrete.
Halford refleja muy bien esa frustración -que le llevo a un alcoholismo sin freno- y uno acaba por empatizar con una situación que muy pocos pueden explicar. Desde luego si había un estilo donde los gays no tenían cabida en los 80, ese era el heavy metal.
Por lo demás la suya es una historia de éxito y entrega. Judas Priest fue una de esas bandas de vieja escuela que construyeron su carrera paso a paso y a base de miles de kilómetros no siempre en las mejores condiciones. Natural que Halford se sienta orgulloso de cada pizca de éxito que ha cosechado.
Interesante hasta si no eres fan de Judas Priest, ya que pocas biografías han salido en el último par de años más entretenidas y sinceras que la de Rob Halford. Nuestra auténtica reina del metal.
RICHARD ROYUELA