Muchas cosas han cambiado para Ryan Adams en los últimos tiempos desde que recibió las acusaciones de maltrato emocional y conducta sexual inapropiada por parte de varias mujeres en 2019, entre ellas su ex esposa Mandy Moore y la emergente Phoebe Bridgers.
A pesar de haber sido absuelto por el FBI, la industria le retiró por completo cualquier tipo de apoyo. Así quedó demostrado con la nula recepción de sus dos anteriores discos, Wednesdays y Big Colors, por parte de la prensa americana. Sencillamente, Ryan se había quedado solo.
Lo que no ha desaparecido es su capacidad impulsiva de seguir creando canciones y discos como churros. Es bien sabido desde hace tiempo que tiene varios álbumes guardados en el cajón esperando el momento de que vean la luz. Por ahora, y ante la imposibilidad de asociarse con algún sello que le respalde, va por libre con su propia marca Pax Am.
Es así cómo nos llega Chris, tercer, doble y último de los álbumes que tenía programados para 2019 antes de que los acontecimientos diesen un vuelco inesperado a su carrera. Según cuenta el propio Adams, se trata de una obra dedicada a su hermano fallecido en 2017. Teniendo en cuenta semejante dato cabría esperar un álbum depresivo y tristón. Sin embargo, el decimonoveno trabajo de estudio del cantautor resulta ser justamente lo contrario.
Siguiendo la línea de la etapa iniciada con su álbum homónimo de 2014, Ryan continúa sintiéndose cómodo en esa producción que recuerda al Bruce Springsteen de Tunnel Of Love. Ochentera, sí, pero sin pasarse de frenada. Es por ello que esta nueva entrega podría empezar a resultar un tanto reiterativa o incluso dar la sensación de que estamos ante una colección de descartes. Pero cuando uno está en plena racha creativa, eso es casi lo de menos. Y a alguien como él las canciones se le caen de los bolsillos.
Chris busca más querer celebrar que lamerse las heridas. Así lo atestiguan ‘Take It Back’, ‘Flicker In The Fade’, ‘Aching For More’, el chispazo ‘So Helpless’ o el rockero bonus track ‘Don’t Follow’, en las que demuestra lo poco que le cuesta montar canciones redondas en apenas 3 minutos. Ahí sigue estando a la altura de los mejores de su liga.
Pero claro, rara vez hemos escuchado un álbum de Ryan Adams que sea una fiesta. Y este no estaría completo sin esos cortes donde se «desnuda» en canal. Especialmente sobrecogedora es la propia ‘Chris’ siendo una carta abierta a su hermano, convirtiéndose en una de las composiciones más emocionantes de su catálogo. En ‘About Time’, ‘Say What You Said’ y ‘Letting The Light In’ se vuelve aprovechar de la reverb de su guitarra y la fragilidad de su voz para atraparnos. Viejos trucos que ya le hemos escuchado una y mil veces, pero que todavía funcionan.
Este doble plástico debería haber significado el colofón a un gran 2019 para el de Jacksonville. Finalmente, ha acabado resultando su tercer lanzamiento en apenas año y medio. Con otro nuevo trabajo bajo el título de Romeo & Juliet en la recámara y sus primeros conciertos en suelo americano vendiéndose a buen ritmo tras tres años de silencio, ¿quién sabe si Ryan Adams acabará obteniendo la redención necesaria para volver al lugar que le corresponde?
GONZALO PUEBLA