Cuatro años después de su largo debut, los mallorquines Saïm vuelven a escena con un imponente trabajo entre el post hardcore en su vertiente melódica y el punk rock más emotivo. En realidad, las etiquetas están de más, porque ante todo Fràgil suena a Saïm. Si disfrutaste con Accidents, prepárate para este segundo round. En primer lugar, supone un salto notorio en cuanto a sonido.
Se nota la buena mano de Santi Garcia y Borja Pérez de Ultramarinos Costa Brava, y sobre todo que productores y banda hablaban el mismo idioma. Sintonía total desde el primer corte, ‘Contratemps’, una singular pieza que combina una guitarra machacona digna de Aina y una sorprendente base rítmica, bastante bailable. Le sigue mi favorita, ‘Intempèrie’, un canto a la soledad en clave positiva y tono melancólico con una gruesa línea de bajo insistente por debajo de una maraña de guitarras que te transporta directamente al catálogo de Dischord. O al de Bcore de los primeros dosmiles. Y lo mismo podemos decir de las intensas y disonantes ‘Febrer’, ‘Anit’ y ‘Enemic’.
En la urgencia de ‘Autumne’, un corte brillante lanzado en dos minutos, nos topamos con una batería muy expresiva y unos deliciosos coros de Natalia, la bajista, que afortunadamente también canta en ‘Tristessa’. Ese arpegio inicial ‘weezeriano’ y un guiño seguramente inconsciente al ‘Where Is My Mind?’ de los Pixies antes de encarar el último estribillo convierten ‘Tristessa’ en otra de mis favoritas.
Si bien en Fràgil no hay ni un sólo corte de relleno, en las primeras escuchas sobresalen tanto en el apartado lírico como instrumental ‘La Mar Gran’, seguramente por descubrimos su cara más pop, y ‘Celobert’, la canción total del disco, una pieza progresiva que acaba con unas trompetas en la onda de American Football. Si hace unos años sólo eran uno de los secretos mejor guardados de las islas, este nuevo disco les debería confirmar como uno de los tríos más interesantes de la escena underground del país.
LUIS BENAVIDES