Después de 10 años picando piedra era el momento de dar el salto, y aquí están Slægt con un nuevo trabajo lanzado por nada menos que Century Media. Es el cuarto disco de estos daneses amantes del esoterismo y el heavy metal clásico, todo ello pasado por el filtro del black metal o death metal en función de lo que pida cada canción.
Estamos ante una mezcla de estilos e influencias que, sazonadas con una producción roznado el low fi, la dota de un encanto especial. Slægt te harán disfrutar de estos seis temas durante los algo más de 40 minutos que dura este trabajo.
Tiene solos y punteos de guitarra de sabor clásico como el inicio de ‘Fealty, Thunder Whip’, progresiones Denominación de Origen NWOBHM, al más puro estilo Iron Maiden, unas bases rítmicas aplastantes y una voz desgarrada salida de la lápida de cementerio más cercana a tu casa. Tienes black’n’roll juguetón como en ‘Hunt Again’ o black thrash con alguna disonancia avantgarde black metal en ‘Kiss From A Knife’.
‘Goddess’, última canción del disco, una gozada que se inicia de manera pesada, con unas guitarras juguetonas, que se abre paso a paso, progresión tras progresión, durante 11 minutos gloriosos.
Es difícil no hablar de Tribulation en un disco de estas características, ese toque siniestro de Slægt los delata y los aproxima a los suecos. La mezcla del heavy metal clásico de los primeros 80s y el metal extremo es ganadora y te embruja sin solución de continuidad. Es imposible no sentirse atraído por la apabullante sucesión de riffs contenidos en este disco.
Aunque por su austera producción pudiera parecer que estamos ante un álbum poco cuidado, no lo es. A medida que lo escuchas una y otra vez vas encontrando matices y detalles que te habían pasado desapercibidos en anteriores escuchas. Una propuesta sui generis, que si quieres, te sumergirá en un disco notable y disfrutable.
JOAN CALDERON
