Mientras Guns N’ Roses continúan exprimiendo hasta la última gota de su reunión, y su supuesto nuevo álbum de estudio no acaba de materializarse, Slash sigue aprovechando el tiempo para ir consolidando su carrera junto a Myles Kennedy y The Conspirators.
Como su titulo indica, 4 es el cuarto que factura con esta formación, y quizá eso le ha dado la confianza para grabarlo a la vieja usanza, con toda la banda tocando junta en un estudio de Nashville bajo la supervisión del productor David Cobb (Rival Sons, Brandi Carlile). De entrada, esto es un punto a favor pues nos encontramos con un sonido más orgánico y cálido que el de sus primeros trabajos en solitario. Sin florituras, ni efectos innecesarios, 4 es un disco de hard rock clasicote que no intenta disimularlo.
Naturalmente la guitarra de Slash sigue mandando -en cada tema encontramos un solo en el que sus dedos se mueven con su habitual agilidad y elegancia por el mástil- mientras sus compañeros se dedican a apoyarle con total solvencia, pero sin quitarle en ningún momento el protagonismo.
El único que podría, y debería hacerlo, es Myles Kennedy, pero una vez más deja en evidencia que para estar al frente de una banda de rock hace falta algo más que técnica y una voz bonita. Es una pena que ese talento natural que indudablemente tiene, no esté acompañada de una mayor imaginación a la hora de crear melodías. Las comparaciones son odiosas, pero te imaginas lo que podría hacer Steven Tyler (al menos el de los buenos tiempos) en temas correosos como ‘The Path Less Followed’, ‘Actions Speak Louder Than Words’, ‘April Fool’ o ‘Call Of The Dogs’, y es inevitable sentir que aquí falta más chispa.
A excepción de ‘C’est La Vie’ -una composición notable impulsada por el pedal wah-, donde el vocalista se luce más es en el medio tiempo ‘Fill My World’, con un dibujo de guitarra al estilo de ‘Sweet Child O’ Mine’, y la balada final ‘Fall Back To Earth’, adornada con dramáticas líneas de Slash, pero en el resto de temas más rockeros, se queda corto.
4 gustará mucho a los incondicionales del guitarrista o a quienes crean que no se ha vuelto a hacer buena música desde 1988. Y aunque no hay nada aquí tan vergonzoso como el disparatado ‘Absurd’ de G’N’R, tampoco nada que pueda hacer sombra a los grandes clásicos que en su día creó junto a Axl, Izzy y Duff.
JORDI MEYA