Aunque sus dos primeros discos (Sundowning en 2019 y This Place Will Become Your Tomb en 2021) ya habían llamado la atención dentro de los círculos metaleros, pocos hubieran imaginado que la salida del tercer trabajo de Sleep Token estaría rodeada por una expectación propia de uno de los lanzamientos más hypeados de la temporada.
Fue en enero de este mismo año cuando el colectivo londinense encabezado por su enigmático líder Vessel comenzó a lanzar los singles que servirían de avanzadilla para Take Me Back To Eden, su nuevo trabajo. Si bien continuaban asentando esa mezcla tan peculiar entre djent metal, pop moderno y electrónica, lo sorprendente fue comprobar como cinco de los seis cortes presentados rápidamente acumulaban millones de reproducciones en las plataformas digitales. Números poco habituales para una banda todavía a descubrir por muchos incluso dentro del propio género. Algo estaba pasando.
Es obvio que todas las señales se habían alineado para que el público y la prensa especializada apuntaran a Sleep Token como una de las grandes sensaciones de estos últimos meses. Pero quedaba por comprobar si verdaderamente el grupo habría sabido estar a la altura de semejante alboroto con una obra que destinada a hacerles escalar varias posiciones en el panorama actual.
Además de ello, mi principal temor era comprobar si habrían logrado dar un par de pasos adelante en su evolución y no repetirse en una fórmula que, si bien en su debut resultó propia, fresca y hasta cierto punto original, ya en su segunda entrega hacía saltar las alarmas ante un posible estancamiento. Demasiados interrogantes a despejar, pero que tras varias escuchas se puede confirmar que han resuelto satisfactoriamente.
Cierto que en ‘Chokehold’ nos muestran sus armas habituales, combinando atmósferas ambientales dónde la afectada voz de Vessel va conduciendo hacia una tormenta de riffs metaleros alcanzando grandes cotas de epicidad. Es algo que ya sabemos que manejan con solvencia, pero en esta ocasión se aprecia que han terminado de perfeccionarlo sumando nuevos recursos a su catálogo.
Las ganas de asumir riesgos se van descubriendo poco a poco en cortes como ‘The Summoning’, con unas las guitarras afiladas que se abrazan a estribillos en falsete, intercalando solos de tono progresivos y desmarcándose con una outro de ritmo pseudo funky. Todo ello en la misma canción. Esa falta de prejuicios a la hora de tomar elementos de otros estilos se traslada a ‘Aqua Regia’, un medio tiempo de arreglos jazz cuya elegante resolución no precisa de recurrir a la potencia, o ‘Ascensionism’, dónde durante siete minutos pasan de un inicio que podría vaticinar una balada a juguetear con una base de trap y acabar asestando otro vendaval de riffs.
Y es que a lo largo del disco saben caminar sobre el alambre entre ambas vertientes. La más agresiva de ‘Vore’ (no cuesta imaginarse a un rejuvenecido Chino Moreno vociferando al micrófono) o ‘Rain’, y la más abierta comercialmente hablando en la que sobresalen la power-ballad con aspiraciones de hit ‘Are You Really Okay?’ (algo convencional pero muy efectiva) o la descaradamente pop ‘DYWTYLM’, que hará levantar la ceja al sector más radical del fandom. En cualquier caso, ambas ayudan a oxigenar la escucha y aportar otros sonidos sin saturar al oído.
Como punto negativo, es verdad que puede costar llegar a la parte final, pero acaban bien arriba con la extensa ‘Take Me Back To Eden’ condensando todos los estilos y estados de ánimo visitados anteriormente, y una ‘Euclid’ que vendría a ser algo así como si Coldplay tuvieran el respaldo de una banda de metal. Escrito así parece desconcertante, pero creedme que como cierre funciona.
Con una importante base de fans ya ganada, una imagen atractiva y un disco a la altura que podría encandilar tanto a un seguidor de Deftones como a uno de Post Malone o Ghostemane, todo parece indicar que el culto hacia Sleep Token irá en aumento en los próximos meses. Queda por ver si la creciente popularidad les acabará obligando a desvelar el misterio sobre su identidad al igual que ocurrió en su momento con Slipknot o Ghost. Sea lo que sea que esté por llegar, no hay duda de que nos encontramos ante uno de los álbumes que más dará que hablar en 2023.
GONZALO PUEBLA