Resulta curioso comprobar cómo la globalización es capaz de alcanzar incluso a escenas musicales a priori tan minoritarias como la psicodelia y el stoner. Hace tiempo que los límites se esfumaron gracias a internet, haciendo posibles que pequeños fenómenos lleguen a todas las partes del globo.
Digo esto porque, a pesar de que no debería sorprender del todo, se nota que Slift son ávidos conocedores y consumidores de lo que se cuece dentro de un circuito tan concreto y especializado como éste y que sin embargo cada día gana más adeptos. Escuchando el nuevo larga duración de este trío de Toluouse que echó a andar en 2016, es fácil intuir que la aguja de su tocadiscos ha surcado vinilos tan relevantes en los últimos tiempos como los de Elder o King Gizzard & The Lizard Wizard.
Tampoco sería justo señalarles como unos meros copiones, ya que aunque en Ummon visitan lugares comunes, a la nave capitaneada por los hermanos Fossat le gusta ir más lejos de lo recomendablemente permitido. Y eso suele tener sus peligros, porque aunque hay momentos en los que parecemos estar siendo zarandeados a través de un campo de asteroides (‘Citadel On A Satellite’), también hay otros en lo que desviarse de la ruta establecida les hace despistarse en exceso con su propia auto indulgencia. Algo que les penaliza cuando estamos hablando de un álbum que roza la hora y cuarto de duración.
Igualmente, hay unos cuantos aciertos cuando Slift optan por poner la directa en ‘Ummon’, ‘Hyperion’ o el tremendo final que nos tienen guardado con ‘Lions, Tigers And Bears’. Aquí la labor de Rémi al bajo y el batería Canek Flores se torna fundamental para sostener la mastodóntica estructura que son capaces de crear mientras Jean se dedica a explorar los límites de su pedalera.
Aún no alcanzan la excelencia de las bandas mencionadas anteriormente, pero en Ummon Slift nos dan suficientes motivos como para seguirles la pista muy de cerca.
GONZALO PUEBLA