Al igual que Counting Crows, Soul Asylum sufrieron el síndrome del one hit wonder sin en realidad serlo. Su caso incluso es más injusto, teniendo en cuenta que antes de ‘Runaway Train’, el grupo ya había publicado cinco discos, y que después han editado otros seis contando este Hurry Up And Wait. Pero tantos un grupo como el otro ha visto como para el gran público su carrera se reduce a una sola canción, pese a que ni siquiera se trate de la mejor que tienen.
Si en su día, eso le provocó no pocos dilemas internos, con 56 años recién cumplidos, Dave Pirner, lo tiene su superado. O como mínimo lo disimula muy bien porque estas 13 nuevas canciones suenan con la naturalidad de alguien que sabe que su pelea ya no está en competir en las listas. Algo que por ejemplo, sus coetáneos Goo Goo Dolls todavía se resisten a aceptar.
Pese a que sólo queda él de la formación original -en este disco debuta el guitarrista Ryan Smith-, el sonido del grupo no ha variado demasiado desde que triunfaran en los 90. Quizá han dejado de lado algunos de los tics del rock alternativo de entonces, pero en el fondo, la base es la misma, con guitarras eléctricas y acústicas conviviendo en perfecta armonía y la voz arañada de Pirner soltando buenas melodías.
Especialmente deliciosas son la inicial ‘The Beginning’, con un buen riff de entrada, la vibrante ‘Hopped Up Feeling’, o esos medios tiempos que se la dan tan bien como ‘If I Told You’, ‘Make Her Laugh’ o ‘Silly Things’, o la folkie ‘Dead Letter’.
Personalmente, sigo echando en falta los licks, las dobles voces y alguna composición de su antiguo socio Dan Murphy (abandonó la nave en 2012 para llevar una vida más tranquila alejado del rock’n’roll), pero hay que reconocer que Pirner sigue siendo un buen capitán. A pesar de que en todos sus discos encuentras buenas canciones, en éste la media es superior y podríamos decir que se trata de su disco más completo desde Let Your Dim Light Shine de 1995. Si les habías perdido la pista, éste puede ser un buen momento para reengancharte.
JORDI MEYA