Las expectativas hacia el debut de One Step Closer eran altas. Las sensaciones de la primera escucha no fueron satisfactorias. Quizá esperando la próxima the next big thing, me confundí en el significado de la obra. No estamos ante un producto digerible. Más bien es un estado de ánimo en el que uno debe adentrarse para conseguir comprenderlo.
No es música hecha para un domingo soleado paseando en bici por el campo. Tampoco para escuchar en los cascos mientras saboreas un zumo de maracuyá mirando el mar. Más bien, es sonido de otoño pensando en los días de verano. Es melancolía y tristeza. Notas para escuchar si estás aburrido en el próximo confinamiento domiciliario. Emociones a flor de piel transmitidas en forma de canciones. Rabia como ‘Time Spent, Too Long’. O más bien sensación de vacío y comeduras de tarro ante el adiós. Sentimiento de culpa y frío en ‘Autumn’, y un resumen de todo ello en ‘Chrysanthemum’, el primer sencillo del álbum y que recoge todo el mensaje de One Step Closer en poco más de tres minutos.
Musicalmente no inventan la pólvora y seguramente, encontrarás destellos de otras bandas como Title Fight, Bane o Touché Amoré… y pese al nombre, ni rastro de Linkin Park. Personalmente me recuerdan a esa formación británica que fue un visto y no visto llamada More Than Life. Pero el principal secreto de los de Pennsylvania es saber conjugar los elementos en la forma precisa. Nada sobra y nada peca de escasez. Te dan la dosis en su justa medida; 28 minutos y 15 segundos para ser exactos.
No te preocupes con la contundencia inicial de ‘Pringle Street’, ya que luego aparece ‘Home for The Night’ para aplicar somnífero a la ecuación. En definitiva, más Platón y menos Prozac. Ese es el mensaje.
DAVID (IPANEMA LEAKS)