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SUGUS – ‘1995’

Haciendo caso al título del álbum, referencia al año de nacimiento de Sugus, vemos que más de dos décadas a ritmo de punk rock frenético y melodías de nivel sobresaliente nos han pasado en un suspiro. Escuchado 1995 unas cuantas veces, lo que podemos decir de la banda a día de hoy, respecto a la de entonces, sería aquello de ‘tan lejos, tan cerca’.

Los madrileños no han cambiado radicalmente su discurso musical de lo que ya podíamos escuchar en sus inicios –en la propia ‘1995’ citan a Screeching Weasel, Nobodys y Queers, así que ya sabemos por dónde han ido siempre sus debilidades-, siguen con la dualidad de cantar en inglés y castellano, pero por el camino han pasado muchas cosas y una discografía – más escueta de los nos hubiese gustado, todo hay que decirlo- en la que han ido creciendo y perfeccionando un sonido que nos lleva, quizás, al álbum más redondo de su trayectoria.

No sé si la palabra madurez puede encajar en una banda como ésta, pero canciones como ‘Hocquet’ o ‘A Weasel In My Pats’, demuestran que, sin salirse de sus parámetros, su espectro ha ido creciendo y que hoy en día son una banda con más recursos. Claro que todavía nos acordamos con cariño de aquellas desatadas ‘Space Gays’ o ‘Con Ella Soy Tan Feliz’ que reinaban en su primer álbum, pero tras lo escuchado en 1995, y viniendo de una banda que apenas ha dado un paso en falso en su discografía, encontrarnos con estos Sugus todavía locos y divertidos, pero con ganas de decir cosas y de no querer quedar atrapados en el síndrome de Peter Pan, es algo de lo que congratularse.

RICHARD ROYUELA

BONUS TRACK CON… SUGUS

Aunque nos gustaría que la actividad de la banda fuese algo más prolífica, creo que el que tardéis tanto entre disco y disco, se ha convertido en uno de los encantos de la banda. Como de la nada, aparece un nuevo álbum del grupo. ¿Qué os hace plantear el momento de hacerlo?
«No hay un planteamiento concreto. Cuando ya hemos juntado 15 ó 16 temas nuevos que nos convencen lo suficiente, es cuando decidimos que es el momento de sacar nuevo disco. Desde ahí, lo malo es que pasan otros siete siglos hasta que por fin sale. Con los temas ya trillados y más años encima nosotros. ¡No sabemos qué tiene eso de encantador!».

Durante los años que pasan entre disco y disco, ¿se van sacando temas o realmente componéis cuando tenéis el objetivo de crear un nuevo disco?
«Va saliendo natural, no nos ponemos a componer porque sí. Normalmente un tiempo después de haber sacado disco y de andar tocando esos temas en directo ya te empieza a picar el gusanillo de hacer cosas nuevas, de sacar nuevos temas.  Pero no nos ponemos a componer porque sí, sólo porque haya que sacar disco. Menudo coñazo eso. Aunque bien pensado, igual así acortábamos los plazos».

A pesar de que se nota la madurez que da el paso de los años, el álbum suena fresco y en algunos momentos con la inmediatez de una banda nueva. ¿Cómo se consigue esa motivación a la hora de transmitir esa frescura tras tantos años?
«Si supiéramos la fórmula, ¡estaría chupado! Iríamos a disco por año y estaríamos otros 50 en activo y tan frescos, no como todas esas bandas de los 90 que vienen de vacaciones cada puto año dando más pena. Seguramente influya el no tener ninguna presión en cuanto a las prisas por componer o grabar, no tocar demasiado, tener cero presiones en cuanto al grupo y sobre todo hacer lo que nos divierte y nos da la gana. Mantener las mismas ganas o energía de forma permanente durante tanto tiempo es imposible, pero te lo tomas con calma, te alejas del mundillo cuando toca y así lo coges con muchas ganas cuando realmente apetece y todo eso se nota en el resultado».

El título 1995 es un guiño a vuestros inicios como banda. ¿Cuál ha sido el motivo? ¿Necesidad de conectar con vuestro punto de partida?
«Necesidad de conectar no hay mucha, puesto que tampoco el grupo se parece a lo que era en 1995. La idea inicial era hacer sacar disco en 2015, coincidiendo con el 20 aniversario, hacer algo especial ese año. Pero como toda brillante idea en este grupo de gente especial, resulta como resulta. Así que nos pasamos todo 2015 sin hacer un carajo y ahí tenemos nuestro maravilloso disco de 23 aniversario. ¡Eso no lo pueden decir muchos!».

En la propia ‘1995’ habláis de Screeching Weasel, Nobodys y Queers. ¿Sigue siendo ese el santo grial que guía la música de Sugus, o creéis que con el tiempo se han añadido más cosas? Supongo que a nivel personal vuestros gustos se han ampliado, pero Sugus sigue pareciendo fiel a todas aquellas grandes bandas de punk.
«Sois muy generosos diciendo que en la letra hablamos de ellos. ¡Se les nombra y se acabó! Está claro que lo que más nos gusta es todo el punk rock que mamamos en aquella época, no sólo esos tres, nos daba igual que fueran los Queers, que New Bomb Turks, que bandas de hardcore melódico. Está claro que con el tiempo amplías gustos e incluso aprendes a tocar algo mejor y todo se nota, pero está claro que la esencia de este grupo siempre va a estar en el punk rock melódico y rápido con el que crecimos».

‘Sorry We’re Punks’ es un homenaje a uno de los grandes dinamizadores de la escena como era Paco Rufus, muestra ese baño de realidad con cosas que no te planteas cuando eres joven. ¿Es difícil seguir encontrando el equilibrio en vuestra música entre el idealismo teenager y la realidad? Canciones como ‘Hocquet’ hablan también un poco de eso.
«Lo del idealismo teenager no es difícil si no te tomas a ti mismo demasiado en serio, como es el caso, pero sí que puede llegar a resultar un poco ridículo. Al final lo que manda es tu día a día. Y si estás componiendo temas en el tiempo en que se han muerto amigos y familia, o estás atravesando un campo de mierda en tu vida, pues es más raro que te salga un disco entero hablando de nubes de colores y de tus días de instituto. Pero somos gente absurda y hacemos punk rock, por lo que tampoco se pierde nunca ese espíritu. Actitud habla de eso, ‘Hocquet’, a su modo, también… Sobre Paco, cualquier homenaje que nosotros le pudiéramos hacer siempre sería poco, pero nos parece que una canción sobre conquistar el mundo con los pedos de su perro es un homenaje que a él le hubiera encantado».

Combinar castellano e inglés es uno de vuestros signos de identidad. ¿Qué hace que una canción sea de un idioma u otro?
«Por lo general según la melodía vemos qué nos convence más. Aunque al final, dado lo que nos cuesta hacer letras, si alguno viene con una letra terminada aunque sea en chino, tiene muchas posibilidades de quedarse en el idioma que sea».

En vuestra opinión, ¿Qué hay en 1995 que no hay en otro de vuestros discos?
«¡Homenajes a nuestros muertos y baños de realidad! Quizá nos hemos esmerado más en algunos detalles, en el sonido, en algún arreglo que antes ni nos hubiéramos planteado, contar alguna historia un poco más profunda… creemos que al final es un disco más de Sugus y en el resultado final eso se nota y es lo que cuenta».

Aunque sea en una escena underground, Sugus han dejado huella tanto en bandas como fans. Más de una banda ha comenzado a tocar por vosotros. Me imagino que solo por eso ha valido la pena crear la banda.
«¡Ostras! ¡Qué responsabilidad! Pues depende de las bandas, ¿no? ¿Igual hemos creado monstruos! La verdad que no sabemos si hemos dejado huella o no, sí que sabemos que hay gente, no mucha, que disfruta con nosotros, que sigue queriendo ir a vernos y que se aprenden las canciones y se desgañitan en primera fila, eso es un orgullo. Y si además es haciendo algo con lo que tú te lo pasas bien, cómo no va a merecer la pena?».

 Pese a un evidente potencial comercial, la escena pop punk, por llamarla de alguna manera, nunca pudo explotar. ¿Tenéis alguna explicación?
«¿Escena? ¿Qué escena? ¿Potencial comercial el pop punk por aquí? No lo veo. ¿Explicación? Como para meterse a explicar algo así, ¡valiente! Tú mira las cosas que sí triunfan entre la juventud, los peinados de futbolista, el trap, el frío en los tobillos… y trata de explicar por qué triunfan… como para pretender dar explicación a lo que no».

La actividad del grupo es moderada. Grabaciones espaciadas, no muchos conciertos. ¿Por qué? Vidas personales, la escena no da más de sí, algo de pereza. Supongo que ya os habéis quitado cualquier presión en lo que respeta a la banda.
«Al final es una suma de todo. La escena no da mucho de sí, aunque sí que podríamos tocar algo más de lo que lo hacemos. Pero ninguno podríamos vivir de esto, y al tratarse de un hobby, por mucho que nos guste tampoco estamos dispuestos a que monopolice nuestra vida personal. Somos un grupo de amigos haciendo algo que nos gusta y eso es lo principal, así que presión nunca ha habido ni la habrá».

¿Habrá más discos de Sugus de aquí a cinco o seis años, o no hay respuesta para eso?
«No hay respuesta, pero antes de esa fecha seguro que no».

RICHARD ROYUELA