Cuesta activarse después de las fiestas navideñas e iniciar el nuevo año con ganas. Enero tradicionalmente es un mes flojo en cuanto a lanzamientos y nuevos trabajos. Pero cuando menos te lo esperas… ¡zas! Svdestada se han propuesto derretir el cerumen de tus oídos y ponerte la pila en menos que canta un gallo. Vaya cañonazo que nos han servido en bandeja de plata.
Candela es el tercer trabajo del cuarteto madrileño, tras Yo Soy El Mar (2018) y Azabache (2021) que sentaron las bases de un crust punk no muy habitual en nuestra geografía. El de los madrileños -y según sus propias palabras- es un crust rabioso y oscuro, y bastante sucio. Aquí alcanzan un sonido en el que se aproximan a terrenos post black y algún momento post hardcore que les ubica con una personalidad propia evolucionando respecto sus anteriores trabajos.
Candela es una buena hostia en toda la cara que no sabes de dónde te viene. Un sonido demoledor, cristalino y contundente con temas rápidos, cortos y directos, con riffacos inabarcables, una base rítmica acelerada -vaya máquina Eder de la Cámara tras los parches- y letras llenas de dolor, angustia y desesperación en las que cuando parece que encuentras la salida a la asfixia, la frustración te engulle. Svdestada hacen gala aquí de un trabajazo lírico muy difícil de superar.
Sin dar respiro alguno van encadenando tema tras tema desde la inicial ‘Nudo’ hasta la final ‘Candela’ con la ansiedad vehiculada por guitarras corrosivas y voz desgarrada, sin dejar ningún detalle al azar. Todo cuidadísimo, desde el artwork, a las letras, pasando por una producción nada fácil, con un resultado alucinante, Evidentemente, hay puntos álgidos como ‘Amargor’, ‘Cierzo’ y esos picking de guitarra tan post metal, la tralla enajenada de ‘Sinvivir’ o los casi 12 minutos de la majestuosa ‘Candela’, en la que se hacen evidentes los aromas a los franceses Celeste con una épica atmosférica magnética.
Svdestada han dado un salto colosal de madurez, sin ablandadarse, profundizando en sus puntos fuertes y añadiendo épica a sus composiciones. Oscuridad, rabia y angustia. ¿Signo de nuestros tiempos? Sí. Y Candela lo retrata a las mil maravillas.
JOAN CALDERON