Leyendo el título del nuevo disco de Sylosis parece como si este fuera el inicio de algo o un presagio de todo lo que está por llegar. Quizá en la mente de su líder Josh Middleton haya algo de eso, tras abandonar Architects y dedicar su tiempo completo a Sylosis de nuevo, pero a nuestros ojos, A Sign Of Things To Come no deja de ser otro día más en la oficina del cuarteto.
Lo curioso es que mientras para otras bandas esta afirmación podría ser motivo de desconfianza y tedio, en Sylosis es el mejor halago posible. Si bien es cierto que el efecto sorpresa se ha ido diluyendo de Monolith en adelante, disco con el que explotaron definitivamente, el combo sigue estando por encima de la media a la hora de mezclar death metal melódico, thrash moderno, groove y pinceladas prog en una batidora.
Es el caso de ‘Deadwood’, cuya habitual fórmula de arrancar a todo trapo y acabar con unas sutiles voces limpias no impide inaugurar su sexto trabajo a tono. Lo mismo puede decirse del resto de adelantos, que más que impactar como sencillos cuando fueron lanzados en su día, brillan mucho más en el contexto de una obra sólida que funciona en bloque. Mientras ‘Poison For The Lost’ apuesta por la técnica y las revoluciones de manera más directa, una constante en el disco más corto y menos barroco de su carrera, el tema homónimo se alza con la corona por todo lo que uno espera de Sylosis.
Con el verdadero concepto del título del álbum como fondo, el mundo dividido política y tecnológicamente hablando que Josh deja a sus hijos, los riffs híper musculados se abren paso frente al resto de elementos. Y es que el frontman también ha hablado de tótems del metal de los noventa como Sepultura o Pantera para explicar el germen creativo del disco, por si en temas como ‘Pariahs’ no fuera evidente.
Otro de los focos donde apunta más A Sign Of Things To Come que en el resto de álbumes son las voces melódicas. En ‘Thorns’ o ‘Absent’ se nota el esfuerzo por abrir nuevos caminos, aunque este último parezca un medio tiempo de la última etapa de Machine Head. Otros cortes como ‘Descent’ o ‘Judas’ caminan peligrosamente sobre la fina línea que separa su personal sonido del metalcore más sobado, pero siempre salen airosos de esa encrucijada gracias a un solo endiablado, un puente, un pasaje diferente, que te hace seguir confiando en una de las bandas más en forma -e infravaloradas- de la escena metal actual.
JORGE AZCONA
