Si no me fallan las cuentas, esta es la tercera vez que escribo sobre Teenage Bottlerocket. En el pasado había reseñado sus discos anteriores Freak Out! y Stealing The covers, así que se me acaban las palabras para hablar sobre este cuarteto de Wyoming y no sonar repetitivo.
De todas formas, ahora que lo pienso bien, es como pedir a los Ramones que renovaran su sonido a partir del segundo álbum o a Screaching Weasel que innovaran disco tras disco. Teenage Bottlerocket llevan 20 años de carrera musical tocando punk pop ramoniano, así que a estas alturas no les vamos a pedir nada novedoso, y tampoco es nuestra intención que lo hagan. Siempre va bien coger un disco y saber que lo que va a sonar te va a gustar. Tras Stay Rad! de 2019, el grupo llega ya a su noveno trabajo con este Sick Sesh! y nos ofrece exactamente lo que nosotros queremos: un puñado de buenas canciones cargadas de melodías infalibles.
Grabado en el ineludible estudio Blasting Room, el nuevo álbum de TBR ha sido pulido y mejorado durante los muchos tiempos muertos que ha obligado la pandemia del COVID-19, dando como resultado un disco muy entretenido donde destacan la inicial ‘Semi Truck’, ‘Strung Out On stress’ (la más dura y hardcore del conjunto), la siguiente ‘Statistic’ porque suena un poco diferente a las demás, y la penúltima ‘Gorilla Warfare’ por su estribillo irresistible.
El cuarteto norteamericano añade unas pinceladas de dinamismo a sus composiciones más recientes gracias a la alternancia de Ray Carlisle y de Kody Templeman en la voz principal y a los punteos de guitarra que meten ambos de vez en cuando. A lo tonto, y casi sin darnos cuenta, Teenage Bottlerocket se ha convertido en una de las bandas más prolíficas, fiables y longevas de todo el roster de Fat.
JORDIAN FO