Puede que The Bronx no sean muy originales a la hora de titular sus discos -hasta ahora todos habían sido homónimos y este se titula The Bronx VI-, pero posiblemente se deba a que estos tipos concentran todas sus energías en la propia música. Todo lo demás, es secundario.
Como sus anteriores trabajos, este sexto es otra colección de temas en la que la personalidad de la banda impregna cada nota. Además, cuenta con el aliciente de contar con la inestimable aportación de Joey Castillo, una bestia que ha tocado la batería con Queens Of The Stone Age, Danzig o Mark Lanegan, quien se incorporó a la banda en 2018, pero hasta ahora no había tenido la oportunidad de grabar con ellos. Su presencia otorga un punto de extra de pegada a un grupo que ya acostumbra a no hacer concesiones.
Arrancando con las guitarras afiladas de ‘White Shadow’, el álbum te traslada de inmediato a un garito donde los empujones hacen imposible que sostengas una cerveza sin salpicar a alguien. Un puñetazo que tiene su replica en ‘Superbloom’, incluso aún más potente y punk. De ahí pasamos a ‘Watering The Well’, con un sabor más rock’n’roll y Matt Caughthran cantando «I’m not out looking for an answer, I’m not looking for a cure / She said she used to be a dancer, and the rest is a blur», en una de esas historias de las que Tarantino podría sacar una película.
Esa naturalidad para incorporar a su sonido tanto influencias del hardcore como del rock clásico, explican por qué The Bronx son la banda de punk rock que puede gustar por igual a quien lleva un tatuaje de Black Flag (‘Breaking News’) como a quien luce una camiseta de Clutch o QOTSA (el groove de la final ‘Participation Trophy’ es especialmente chulo).
También destacables son ‘Mexican Summer’, un tema con el que por primera vez encuentran un punto de encuentro entre Mariachi El Bronx y The Bronx, la eufórica ‘High Five’ muy en la línea de The Hives, y ‘Peace Pipe’, uno de esos temas en los que bajando el tempo y subiendo la melodía demuestran que también son capaces de escribir hits.
The Bronx no necesitan grandes conceptos, ni coartadas, para grabar un gran disco, sólo enchufarse y dejar que la química fluya.
JORDI MEYA