Más de tres décadas le ha estado dando vueltas Ian Astbury a un fenómeno natural que presenció en Finlandia mientras presentaban su aclamadísimo Love. La experiencia de ver un amanecer a las 3 de la mañana ha servido de inspiración para la última y esperada obra de The Cult.
Ya hace un lustro de Hidden City, un trabajo largo y luminoso en el que recurrieron una vez más a Bob Rock para volver a la relevancia del panorama rock. Y vuelven a cumplir con su patrón de ser rupturistas en el siguiente disco. Que nadie espere los himnos de Love, los solos de Electric, ni los hits de Sonic Temple, este es un disco reposado, intenso y tremendamente oscuro, lejos de esa luz inabarcable e infinita que da título al álbum.
La elegancia habitual de Billy Duffy y un profético «Forget what you know» de la boca del cantante dan el pistoletazo de salida a ‘Mirror’, una canción tranquila que amaga con una explosión que nunca se produce. Esta contención se rompe en ‘A Cut Inside’ con un poderoso riff marca de la casa en la canción más deudora del legado The Cult.
No sueltan carrerilla en ‘Vendetta X’, tema de carácter abiertamente post punk, incluso bailable, que nos recuerda a los principios de la banda antes de que Rick Rubin se cruzara en su camino. Los pies se nos van a seguir moviendo en ‘Give Me Mercy’, elegida sorprendentemente como primer adelanto y que crece con cada escucha, frase que me va a ser difícil no repetir en lo que queda de reseña.
‘Outer Heaven’ brilla en la segunda mitad del álbum con su magnífica orquestación y distintos pasajes. Tras la bossanova y el colosal fading de ‘Knife Through Butterfly Heart’, vuelven ecos a los primeros 80 en ‘Impermanence’, donde la nueva sección rítmica y las acústicas tienen un elevado protagonismo. El colofón perfecto lo pone el título que da nombre al álbum, canción que podemos imaginar acompañando los títulos de crédito de un film de James Bond.
Tras cuatro décadas juntos, Astbury y Duffy han vuelto a aparcar sus diferencias para hacer otro excelente trabajo. Una obra que funciona como unidad, sin canciones que destaquen a la primera, ni temas que flojeen a la quinta escucha. The Cult han vuelto a arriesgar y les ha vuelto a salir bien.
LLUÍS PUEBLA