Es verdad que The Shipwreck lleva en la calle desde finales del pasado año, pero la vorágine continua de nuevos lanzamientos había impedido a un humilde servidor poder dedicarle el tiempo que se merecía. De modo que vayamos a ponerle remedio cuanto antes.
Curtidos en una y mil batallas desde su fundación en la primera década del nuevo milenio, The Diesel Dogs ya pueden presentar su carné de veteranos en esto del rock and roll. Y como tales, han pasado por todo tipo de situaciones y vivencias, siempre con Javi Diesel como timonel del barco. Hace mucho tiempo que no daban señales de vida discográficamente hablando (su anterior Everything data de 2015), pero lejos de suponer un hundimiento, esta nueva obra es más bien todo un resugir.
Producido a cuatro manos entre Fernando Pardo (Sex Museum, Los Coronas) y Álvaro Escribano (regente de La Chulona Estudios y militante en infinidad de formaciones), los madrileños facturan el que es, sin duda, su LP más concreto y redondo. Nueve balas disparadas en media hora dónde tienen cabida referencias varias al mundillo del rock, pero también de la literatura y el cine. Señal inequívoca de que deben disfrutar por igual rebuscando títulos entre las estanterías de una librería como de una tienda de discos.
Tras esa portada que homenajea tanto a Rancid como a Minor Threat, se esconde una coherente mezcolanza de punk, glam y americana (si tienes a Social Distorttion, New York Dolls o Drive By Truckers entre tus favoritos, sigue leyendo). No en vano, el pistoletazo de salida lo da ‘When We Were Young’, que bien podría venir firmada por un Mike Ness de registro melódico. Tratándose de una oda a la añoranza por los años dorados de juventud, encaja a la perfección en el imaginario de los de Orange County.
También hay vibras de pub rock en ‘Hold On’, ya que el riff de guitarras dobladas sostenido por un hammond nos trae el recuerdo de los Thin Lizzy más tabernarios. Como también lo hace el ritmo marcial con el que avanza ‘Drink The Night Away’. Es un ejemplo de la amalgama sonora que manejan The Diesel Dogs, pudiendo circular desde el romanticismo de la redonda ‘Dried Roses’ hasta el punk sucio de la crítica ‘Society Disgusts Me, Advertising Sickens Me, Computers Make Me Puke’. El componente político siempre ha estado bien presente en sus letras, como demuestra ‘1929’, donde establecen paralelismos entre la época actual y la de hace un siglo.
No es hasta la recta final cuando atisbamos esas raíces cercanas al country rock que mencionábamos antes. Sin que signifique un cambio de tercio radicalmente abrupto, ‘The Year John Ford Saved My Life’ nos mete de lleno en el universo western del legendario cineasta americano. Le da continuidad ‘Safe In The Arms Of Rock’N’Roll’, una dulce balada de ropaje acústico rematada por el pedal steel de Diego Serrano y la contribución vocal de Nat Simons que le viene como anillo al dedo parar cerrar el álbum.
Habían permanecido mucho tiempo en silencio, pero The Diesel Dogs han preferido esperar a tener algo nuevo e interesante que contar en lugar de seguir la inercia pautada por la industria. El disco con el que a The Gaslight Anthem les hubiera gustado volver al ruedo.
GONZALO PUEBLA