Fueron considerados la mejor banda revelación de Canadá en 2017 por Higher Power, un debut rabioso y pegadizo, pero los protagonistas de esta reseña no se han dormido precisamente en los laureles. El año pasado reunieron para su creciente legión de seguidores el irónico Minimum Rock’n’roll, un recopilatorio de EPs y singles previos, y ahora acaban de lanzar su segundo largo, Master Volume.
El cantante y guitarra Luke Bentham y el batería Kyle Fisher, acompañados esta vez por Ross Miller (Single Mothers, Attack In Black) a las cuatro cuerdas, despachan en apenas media hora una decena de canciones de punk’n’roll, musculosas e infecciosas, con guitarras embrutecidas y estribillos a pleno pulmón. La salida de su bajista original Dave Nardi por discrepancias musicales, ahora en las filas de los post punk Sweet Dave & The Shallow Graves, ha permitido que las otras dos terceras partes del grupo hayan podido continuado el camino iniciado con su aclamado primer trabajo. Así, pocas novedades en Master Volumen, un disco producido por John Goodmanson (Cloud Nothings, Sleater-Kinney).
El power trio de Ontario sigue cantando en este disco a las fiestas y los placeres malsanos de la vida en piezas canallas como ‘Please, Please Me’, ‘Always Hight’ y ‘Smoking Is Magic’, aunque también sacan sus demonios internos en la atormentada ‘Auf Wiedersehen’, tan lenta como dolorosa, y mi favorita ‘Pain Of Infinity’, un himno atípico inspirado en una relación tóxica.
LUIS BENAVIDES