Pocos golpes más duros se pueden recibir en la vida como el que han encajado The Dry Mouths. Hace unos meses nos enterábamos del trágico fallecimiento de su bajista Andrés Reyes. Una triste noticia que contrasta con el buen momento creativo por el que estaban atravesando los almerienses.
No en vano está planeado que durante este curso salgan a la luz dos nuevos discos ya completamente terminados, siendo Memories From Pines Bridge el primero de ellos. Obviamente el cariz que toma esta colección de temas es muy diferente al que inicialmente estaba pensado, sirviendo a Cristo Rodríguez y Juan José Morales como homenaje a su compañero. Lo que esconden estas nuevas canciones de corte completamente instrumental son una invitación a adentrarnos en su local de ensayo. Porque esa es la impresión que transmiten al escucharlas.
La de estar encerrados con ellos durante una tarde, con una latas de cerveza en la mano, las luces apagadas, encender unas velas y dejarse llevar. La sensación de estar en una jam session se hace patente en ‘Low Savvia’, la atmosférica ‘El Cairo ’78’ y los rotundos 9 minutos de ‘Impromental VII: Moustachette’ en los que vuelan por libre. Sin embargo, otras piezas como ‘ Mangai Maroke’, ‘Bootha’ o ‘La Siesta (Sleep Paralysis)’ parecen meros bocetos o ideas aún por acabar que hacen que el global de la obra se acabe resintiendo, a pesar de la evidente voluntad experimental del mismo.
Habrá que esperar para ver si la segunda entrega que tienen prevista para el próximo otoño pone el digno punto final (o seguido) a una etapa que para The Dry Mouths ha llegado demasiado pronto.
GONZALO PUEBLA
