Casi nueve años después del terrible accidente que interrumpió su ascendente carrera de manera abrupta, The Ghost Inside vuelven a ser una banda totalmente funcional que graba y gira con normalidad. De hecho son ahora más populares de lo que nunca fueron antes.
No hay duda de es una gran noticia, pero también provoca, es inevitable, que el gran entusiasmo que despertó su disco de retorno en 2020 poco a poco se haya ido disipando, lo cual nos lleva hablar de Searching For Solace con la cabeza algo más fría y sin estar condicionados por factores extramusicales. The Ghost Inside son ahora un grupo más dentro de la superpoblada escena metalcore y este nuevo trabajo suena exactamente como eso. Los californianos se muestran totalmente competentes a la hora de ejecutar el estilo, pero se echa en falta algo más que les diferencie del resto.
Como tantos otros, The Ghost Inside han ido incorporando más melodía a medida que avanzaban en su discografía, y aunque, a priori, me parece una opción valida para enriquecer tu música, es curioso que casi todo el mundo acabe en el mismo sitio. Si de algo debería servir pensar en términos más pop, sería para que las canciones se te quedaran más fácilmente clavadas en la cabeza. Pero es que incluso dentro de este Searching For Solace cuesta distinguir si estás escuchando un tema u otro. Podrías coger el estribillo del primer tema ‘Going Under’ y la del último ‘Breathless’, intercambiarlos, y no pasaría absolutamente nada. Ser Linkin Park no es tan fácil.
En temas como ‘Death Grip’, ‘Wrath’ o ‘Light Years’, el quinteto se acerca a los últimos de Parkway Drive con algunos punteos más heavies y alguna cadencia pseudo industrial, sin que llegues a detectar algo mínimamente original. Incluso las letras pivotan sobre la salud mental y los traumas, una temática importante que ya se está devaluando de tanto usarla.
Repito, la factura es impecable y naturalmente los fans más acérrimos del género, y los suyos en particular, disfrutarán de estas 11 canciones, pero me duele decir que en un test a ciegas costaría identificarlo entre las decenas de discos parecidos que se publicarán durante el año.
DAVID GARCELL