“Un golpe distópico; esto es tan fuerte que te rompe la vida”. En ‘Everyone Laughs’, el corte inicial del nuevo trabajo de los catalanes The Gundown, cantan a la pandemia global que nos ha tocado sufrir, a la puñetera pesadilla de las mascarillas y la distancia social. La portada de Dead End Alleyway, con esa intensa luz al final de un callejón plagado de nichos, arroja esperanza. Y hasta aquí las referencias al maldito coronavirus.
Dead End Alleyway, el tercer largo del trío nacido en Tarragona, es el chute de energía positiva que todos necesitábamos en vena. Su nuevo disco rezuma fuerza y seguridad, la de una banda de punk rock en mayúsculas con oficio perfectamente engrasada, e inyecta una placentera sensación de poderío y sobre todo evasión.
Los once nuevos temas de The Gundown -el disco incluye también una exquisita revisión del ‘One Day (In Your Life)’ de Secret Affair- no es un disco parido a toda prisa durante el confinamiento, sino durante años. En este punto merece la pena recordar que los tres miembros de la banda están implicados al máximo en otros proyectos musicales como Crim y Serpent.
Dead End Alleyway, cocinado a fuego lento con los ingredientes habituales durante casi un mes en los estudios Cal Pau con Santi Garcia a los mandos, supone un salto respecto a su última entrega, Light up the Streets, su disco de 2015. A la larga lista de himnos de la banda podemos añadir ahora ‘Get Back to the Club’, ‘Blood All Over the Place’ y la autoreferencial ‘My Band’ (“Una pasión, amor, dolor y frustración”), por citar solo unas pocas. Y es que este soberbio disco, con solos de guitarra adictivos y estribillos memorables a tutiplén, no tiene ni un segundo de relleno.
Parafraseando la antes citada ‘Get Back to the Club’, ojalá puedan volver pronto a los garitos de siempre, como antes, para presentar su mejor disco hasta la fecha.
LUIS BENAVIDES