Hace muchos años, cuando The Hangmen tocaron en la sala Magic de Barcelona, me contaba Bryan Small que era complicado incluso para él mismo, tratar de explicar cómo conseguían después de tantos años de lucha en el underground, continuar adelante con una banda como ellos. «Imagino que son las ganas de seguir tocando música y conocer gente a la que tus canciones les diga algo, porque te aseguro que no generamos demasiadas ganancias. No sé cuánto tiempo aguantaremos, pero de momento estamos muy contentos con nuestra situación». De esto hace más dos décadas y aquí continúan, tan fiables, certeros y desafiantes como siempre.
Quizás ya no sean la banda que se dejaban la vida a golpe de maniacos riffs de proto punk, y ese high energy inspirado en el sonido Detroit, pero los californianos no han rebajado ni un ápice sus pretensiones de ser una banda que hace del rock de guitarras, su máxima aspiración.
Su amor por el rock clásico siempre estuvo allí, solo que antes lo difuminaban más entre su obsesivo amor por los Stooges y MC5 y su gusto por el garaje. Ahora la cosa está más nivelada.
Lo mismo te estampan en la cara una revisión en clave blues punkerizado del ‘Sinister Purpose’ de la Creedence, que te sorprenden con algo tan stoniano y visceral como ‘Bayou Moon’. Y todo casa a la perfección. Se puede defender el mismo concepto de mil maneras diferentes y Small y los suyos, simplemente han optado por diversificar su propuesta sin traicionar ni su sonido, ni su personalidad.
‘Stories To Tell’ el tema que da título al álbum, es otra de esas densas composiciones con espíritu garagero e inspiración punk que te atrapa gracias a un abrasivo riff y ciertos toques fronterizos que encajan de manera perfecta. Un medio tiempo de esos que la banda debe componer con los ojos cerrados. Reconocen que les apetecía rebajar la velocidad y trabajar más las armonías, los arreglos y componer de manera más versátil, y esa decisión ha sido un acierto en toda regla. Sigamos la disección.
‘Last Time I Saw You’ es un poderoso y melódico zarpazo de puro punk rock que podía haber sido compuesto sin problemas por Mike Ness, pero no, es otra de las joyas que Bryan Small se saca de la manga de vez en cuando y que sirve de homenaje a Ron Heathman, el fallecido ex guitarrista del grupo y también mítico miembro de Supersuckers.
La bonita ‘Out The Outside’ también sirve para recordar al amigo caído, al ritmo de otra de esas tonadas de sabor clásico donde las acústicas forman un entramado sónico de gran belleza y emoción. Me decía un amigo que escuchó el disco antes que yo, que sonaba tan orgánico y tradicional que casi se podía afirmar que parecía una grabación de los años setenta. No sé si estoy del todo de acuerdo, el concepto al igual que la misma personalidad de la banda, caminan por el lado del rock más clásico, pero de ninguna manera suenan como la típica banda vintage anclada en el pasado.
Quizás la colaboración en la producción de alguien como Rob Schnapf, un tipo con las ideas muy claras que ha trabajado con gente como Elliott Smith, Beck o Fu Manchu, ha dotado a la banda de una perspectiva diferente a la hora de grabar esta colección de temas, porque repetimos, el disco suena tremendamente fresco, efectivo y decididamente contemporáneo. Además, pocas composiciones más bellas que ‘Runnin´Kind’ he escuchado en lo que va de año ¿Pueden Hangmen acercarse a los terrenos de Tom Petty y sonar convincentes? Escucha esa preciosidad y me cuentas.
La gira que la banda acaba de realizar por nuestro país, nos ha reafirmado que siguen en plena forma, maravillosamente compactados y con las mismas ganas de hacer ruido sobre los escenarios. Resulta curioso, hace más de veinte años Small me confesaba que no sabía cuánto tiempo iban a resistir y ya van por su séptima referencia. Nosotros no podemos estar más contentos de comprobar que no solo siguen aquí, es que además están mejor que nunca.
ANDRÉS MARTÍNEZ
