Definitivamente a The Hold Steady les ha sentado de maravilla el parón que se tomaron hace unos años. Desde su vuelta con el reingreso de Franz Nicolay en sus filas, el conjunto neoyorkino está pasando por una envidiable segunda juventud.
No es que los trabajos que realizaron en ausencia del teclista se pudieran considerar malos, pero sí carecían de la chispa recuperada en Thrashing Thru The Passion y Open Door Policy, devolviéndoles al nivel con el que deslumbraron en la primera década del nuevo milenio. The Price Of Progress continua la racha en un 2023 que se prevee redondo con la celebración de su vigésimo aniversario.
En su novena referencia demuestran que todavía son capaces de añadir nuevos trucos a su repertorio. Contando nuevamente con la producción de Josh Kaufman, el grupo comienza a crear un lienzo a base de teclados y sintetizadores en ‘Grand Junction’ que se va armando poco a poco. ‘Sideways Skull’, ‘City At Eleven’ y ‘Flyover Halftime’ vienen a cubrir la cuota rockera, pero son los arreglos de congas y armónica en ‘Carlos Is Crying’, el ritmo funky de ‘Understudies’, los vientos de ‘The Birdwatchers’ o la soft ballad de ‘Distortions Of Faith’ los que le dan color y sabor a unas canciones sobre las que Craig Finn se explaya con su peculiar narrativa.
Esa con la que es capaz de tejer historias de personajes que recurren a los resúmenes de la NBA para combatir el insomnio (‘Sixers’), evocar sueños de rock and roll (‘Sideways Skull’) o dibujar locas aventuras entre aficionados al fútbol americano (‘Flyover Halftime’). Siempre es recomendable tener el libreto a mano y disponer de buen nivel de inglés para pillar todos los detalles que esconden sus líneas.
Por descontado que su forma de recitar las letras sigue presente, por lo que es complicado encontrarse con alguna melodía tarareable que llevarse a los oídos. Este siempre ha sido el principal handicap para que muchos se hayan acabado enganchando a la banda, pero después de tantos años sería imposible imaginarse a The Hold Steady de otra manera. Y a pesar de que eso difícilmente vaya a cambiar en el futuro, The Price Of Progress deja entrever que todavía son una fuerza creativa viva con mucho que decir.
GONZALO PUEBLA
