Si el mundo del rock fuese como cuando íbamos a clase, The Joy Formidable vendrían a ser ese alumno que pasa inadvertido ante los ojos de todos. No arma escándalo, hace sus deberes y siempre aprueba aún sin llegar a destacar.
Básicamente la carrera de los galeses se podría explicar así. Como muchas otras bandas de las islas británicas, llamaron la atención con un estupendo debut como lo fue The Big Roar hace ya diez años. Y aunque en sus posteriores entregas han seguido dando un buen rendimiento, siempre han permanecido a la sombra del recuerdo de su ópera prima.
Por eso mismo Into The Blue, su quinta referencia de estudio, agrada pero tampoco sorprende lo más mínimo. Su característico rock alternativo emocional continúa a la orden del día en el tema homónimo de apertura y en la acústica ‘Somewhere New’, interpretada por el bajista Rhydian Dafydd. Y cuando a la cantante Ritzy Brian le toca tomar el control de la nave a través de su guitarra, lo hace de manera contundente en ‘Interval’, ‘Sevier’ y la progresiva ‘Gotta Feed My Dog’, en la que deja bien clara su pericia a las seis cuerdas.
En realidad y siendo justos, no se le pueden sacar muchos fallos al disco pues mantiene el nivel que vienen ofreciendo habitualmente. Pero es difícil que vaya a significar un hito relevante en su trayectoria o que les lleve a subir un escalón más allá de esa zona media en la que se encuentran instalados. Tal vez una canción como ‘Back To Nothing’ debería ser una buena carta de presentación para quienes desconozcan su existencia, aunque dudo que consiga ese efecto.
Con cinco álbumes en la saca y habiendo a acompañado en grandes giras a gente como Muse o Foo Fighters, The Joy Formidable tendrían que haber dado ya ese paso hacia ligas mayores que probablemente merezcan. Puede que su tren ya haya pasado, pero al menos su discografía sigue siendo de lo más consistente.
GONZALO PUEBLA