Descubrí a The Kleejoss Band hace ya mucho tiempo con su segundo disco, Villa Modesta (Rockwool Records, 2015), y caí enamorado tanto de su sonido como de su concepto. Podíamos decir que dentro de su propuesta muy deudora del rock americano de toda la vida cabían muchas más cosas, su amalgama de influencias era amplio y todo ese influjo lo ponían al servicio de canciones redondas, impolutamente compuestas y perfectamente ejecutadas. Aunque pocos se enteraron, Villa Modesta fue uno de los discos nacionales de aquel año.
La banda siguió creciendo y evolucionando en sus dos siguientes largos, River Sound Unleashed (Rockwool Records, 2016) y Inception (Sweet Caroline, 2017), llegando un momento en el que podíamos pensar que su nombre podría salir del underground y llegar a un público más mayoritario. Con El Secreto (Sweet Caroline, 2019) se notaba que el grupo quería seguir avanzando, se habían ya asumido los cambios de formación y sus composiciones parecían haber conseguido un alto grado de madurez, algo sorprendente pensando en la todavía corta trayectoria de una banda que había hecho mucho en muy poco tiempo. Ahora vuelven con Maleza y nos preguntamos si esa hiperactividad y el trabajo sin descanso de todos estos años, no les ha afectado a la hora de presentar su nueva obra.
Y no me malinterpretéis, no es que estemos hablando de un paso en falso, pero es evidente que el sonido ha cambiado, se muestran más introspectivos y más reposados, menos urgentes y definitivamente menos efectivos. Su paso al castellano también tiene que ver, sus textos se muestran más reflexivos y trabajados y aunque la grabación fluye con naturalidad, echamos en falta esas canciones que inevitablemente, se te enganchaban como una lapa tras tres o cuatro escuchas.
A veces, el precio a pagar por querer seguir creciendo es dejar por el camino algunas de tus señas de identidad y la sensación es ésa, que The Kleejoss Band han dejado de lado su cara más inmediata y precisa. A pesar de eso, el álbum consigue volar a gran altura en algunos momentos. Escuchando ‘Amanecer’ piensas que pocos tienen el talento suficiente como para componer una composición tan bella, y lo mismo podríamos decir de ‘Las Canciones No Esperan’ o el misto tema título. Grandes canciones que rezuman emoción y lo que es más importante, valentía. Porque hay que ser muy valiente para seguir el camino que tus sentimientos de demandan.
ANDRÉS MARTÍNEZ
