Suele decirse que cuando no tienes ningún tipo de expectativa sobre algo o alguien es imposible que te decepcione. Personalmente, hace tiempo que había perdido cualquier esperanza en que algún día un nuevo disco de The Offspring me volviese a convencer. Ni aunque sólo fuese un poco.
Tenía razones para ello. La pasada década terminó por establecer a Dexter Holland y Noodles (las únicas y verdaderas caras visibles tras la salida poco amistosa, y con demandas de por medio, del bajista original Greg K) como un grupo completamente irrelevante. Su anterior trabajo, Days Goes By, además de rozar la autoparodia de manera bochornosa, había pasado desapercibido para la mayoría del público, y tan sólo su colección de antiguos éxitos o la gira de aniversario del clásico Smash parecían los únicos motivos para seguir teniéndoles en cuenta.
Desde luego que hayan tardado nueve años en publicar nuevas canciones no ha jugado a su favor. Tampoco que hayan avanzado su décimo álbum de estudio con un single tan flojo como el que le da nombre (con un corta y pega de partes sin coherencia alguna) ha conseguido levantar algo de expectación. De verdad pensaba que podríamos estar ante uno de los mayores batacazos de 2021. Pero por increíble que parezca, cuando me ha tocado enfrentarme a Let The Bad Times Roll me he llevado una sorpresa. Y de las buenas.
No pretendo insinuar que estemos ante un regreso por la puerta grande de los californianos. Ni mucho menos. Pero sí es verdad que a medida que va progresando el disco me encuentro con que hay varios títulos que no me desagradan en absoluto. ‘This Is Not Utopia’ (podría pasar por una canción de Bad Religion), ‘Army Of One’, ‘The Opioid Diaries’, ‘Hassan Chop’ o la redonda ‘Behind Your Walls’ dejan claro que, a pesar de sus coqueteos con tratados más comerciales, aún no han perdido el toque para escribir temas de punk rock con gancho.
Aunque, claro, si por algo se han caracterizado también The Offspring es por ser expertos en auto sabotear sus propios discos. Y a pesar de que esta vez el relleno no es tan cuantioso como en otras ocasiones, sí que vuelve a bajar la valoración global. Al tema homónimo habría que sumar unas absurdas ‘In The Hall Of The Mountain King’ y ‘Lullaby’ (un reprise de ‘Let The Bad Times Roll’), que a pesar de su brevedad a duras penas encuentran justificación. Como tampoco la tiene que hayan transformado ‘Gone Away’ en una balada con piano y cuerdas tan edulcorada como innecesaria.
Podría añadir también ‘Coming For You’, un tema simplemente correcto que ya apareció en 2015 (hay que tener morro), o la pachanguera ‘We Never Have Sex Anymore’ y su toque swing con vientos de por medio. Pero para ser honesto, la verdad es que hasta acaban teniendo gracia y todo. Y es que al final The Offspring reúnen aquí tantos meritos para reconciliarte con ellos como para que los continúes detestando de por vida. Depende de ti ver el vaso medio lleno o medio vacío. Yo esta vez me quedo con lo primero. Ya sabéis lo bueno de no tener expectativas…
GONZALO PUEBLA