No sabría decir si, como se debatía hace unas semanas en nuestro podcast, The Smile se están convirtiendo en una amenaza para el futuro de Radiohead. Lo que sí es seguro es que Thom Yorke, Johnny Greenwood y Tom Skinner han puesto la velocidad de crucero con este nuevo proyecto.
Que tan solo haya pasado un año y medio desde la salida de A Light For Attracting Attention y ya tengamos aquí su segundo trabajo, sin duda es un indicativo de lo muy en serio que van. Será por sacudirse la presión de crear música bajo una marca tan grande como la de su banda madre o por las tensiones internas con otros miembros. Vaya usted a saber. Lo que está claro es que al trío se le nota cómodo operando tras un perfil más bajo del que estaban acostumbrados. Y eso también se traslada a sus canciones.
Si en su carta de presentación evidenciaba que venía firmada del mismo puño y letra de los responsables de títulos del calibre de OK Computer o Kid A, Wall Of Eyes reincide en esa misma sensación. Eso sí, esta vez su contenido resulta mucho más denso, introspectivo, profundo y cohesionado, aunque (dentro de sus parámetros, claro) también menos inmediato que su predecesor.
A buen seguro la facción más rockera aquí echará en falta cortes tan incisivos como ‘You Will Never Work In Television Again’ o ‘We Don’t Know What Tomorrow Brings’. Por contra, nos reciben con ‘Wall Of Eyes’ y ‘Teleharmonic’, dos temas sosegados y hasta cierto punto contemplativos. Cada uno a su manera (el primero trasmitiendo calidez acústica y el segundo apoyándose sobre un mar de sintetizadores y el trabajo rítmico de Skinner) marcan el tono de lo que vendrá a continuación.
De ahí en adelante, la formación mete una marcha más para adentrarse en terrenos (des)conocidos. ‘Read The Room’ apuesta por una especie de kraut rock marciano, mientras que ‘Under Our Pillows’ se impulsa a través de un riff similar al de ‘Thin Thing’ para terminar disolviéndose en un cierre etéreo. Como si les estuvieras acompañando en el recorrido un de paisaje sonoro, ellos te recogen en un punto para dejarte en otro totalmente inesperado.
Más convencional es ‘Friend Of A Friend’ con unas cadencias jazz-pop sustentadas por los arreglos de la Orquesta Contemporánea de Londres. La misma que más tarde protagonizará el tenso crescendo de cuerdas en ‘Bending Hectic’ para acabar en un estallido de distorsión con las guitarras de Greenwood echando chispas. Yorke se sienta al piano recurriendo a su falsete fantasmagórico para dar en ‘You Know Me!’ el carpetazo a esta segunda placa que requiere de una lenta digestión para apreciar todos sus matices.
Los fans seguiremos con la incógnita sobre si algún día veremos de nuevo juntos a los cinco de Oxford, pero mientras The Smile sigan en funcionamiento, dudo que (al menos en estudio) vayamos a echarles de menos.
GONZALO PUEBLA
