Tan innegable es el impacto que tuvo el debut de The Strokes en 2001 como su incapacidad para haber creado algo igual desde entonces. Quizá era una tarea imposible.

La percepción general sobre Is This It está tan condicionada por el contexto en el que apareció que, cambiadas las circunstancias, hubiera sido muy difícil repetir el mismo resultado. Room Of Fire, su notable segundo disco, ayudó a mantenerlos en la cresta de la ola, pero a partir de entonces, sus discos fueron perdiendo frescura y repercusión a medida que la relación entre Julian Casablancas y sus compañeros era cada vez más distante.

Pese a todo, The Strokes ha logrado conservar un aura de banda cool ante las nuevas generaciones y han alcanzado ese estatus en el que pueden estar siete años sin publicar un nuevo álbum sin que su ‘marca’ -ésa que les permite seguir siendo cabezas de cartel en los festivales- se resienta. Sin embargo, la larga gestación de The New Abnormal hacía presagiar que la banda no se resignaba a ser un animal disecado. Que contrataran a Rick Rubin como productor, un tipo exigente y acostumbrado a relanzar carreras con su toque mágico, no puede ser casualidad.

Pero una cosa es querer, y la otra es poder.

La inicial ‘The Adults Are Talking’, sustentada sobre una caja de ritmos y un riff familiar, es prometedora, pero acaba sonando como unos Strokes bajados de revoluciones. Algo parecido pasa con la siguiente ‘Selfless’ o ‘Eternal Summer’, con una atmósfera similar a la banda sonora de Drive y Casablancas cantando en falsete.

Apenas dos destellos de brío en los singles ‘Brooklyn Bridge To Chorus’, con esos teclados ochenteros, y ‘Bad Decisions’ (con un estribillo fusilado de ‘Dancing With Myself’ de Billy Idol, a quien al menos acreditan como autor) sirven de contrapunto a los abundantes medios tiempos en los que el oyente espera paciente un clímax que nunca llega.

‘At The Door’, ‘Why Are Sundays So Depressing’, o las baladas ‘Not The Same Anymore’ y ‘Ode To The Mets’ desprenden una mezcla de nostalgia, morriña y languidez. Son reconfortantes al oído, pero carecen de efecto duradero.

Sin pretenderlo, The Strokes han creado una banda sonora que encaja a la perfección con estos días tan extraños que estamos viviendo -empezando por su título- pero The New Abnormal no consigue llevarte a un estado de excitación como para afirmar que ‘han vuelto’. Su propio Gigaton.

MARC LÓPEZ