Aunque en nuestro país, de hecho en toda Europa, The Struts no obtuvieron una presencia importante con sus dos anteriores discos, curiosamente fue en Estados Unidos donde estos británicos consiguieron ser percibidos como ‘la gran esperanza del rock’.
El apoyo incondicional de Dave Grohl o Tom Morello, el carisma de su vocalista Luke Spiller, un frontman a la vieja usanza, y algunas canciones bastante pegadizas, como esa ‘Body Talk’ a medias con Kesha, han tenido mucho que ver en su proyección en un país donde una banda de rock todavía tiene alguna oportunidad de petarlo. Sin embargo tanto su debut Everybody Wants (2014) como Young & Dangerous (2018) pecaban, en mi opinión, de querer gustar demasiado. En sus créditos aparecían una batería de co-compositores y productores que edulcoraban en exceso sus raíces rockeras.
Strange Days, escrito y grabado en diez días mientras pasaban el confinamiento en Los Angeles, viene a solventar, en gran parte, ese problema. Posiblemente porque no tuvieron tiempo para darle muchas vueltas, ni tampoco que los ejecutivos de su discográfica les comieran la cabeza, The Struts han podido hacer el disco que querían.
Eso no quiere decir que sea un disco menos comercial, porque al fin y al cabo esta es una banda que quiere que cada canción sea un posible single, pero el resultado no suena tan forzado. De hecho, el disco lo abre ‘Strange Days’, un dueto con Robbie Williams con una letra que intenta animar al personal en estos ‘días extraños’, es de lo más popero que han grabado nunca, pero tiene cierto encanto.
A partir de ahí el grupo vuelve a ofrecer un popurri de glam rock, hard rock 80’s, brit pop, y classic rock, con Spiller sacando al Freddie Mercury que lleva dentro, en temas como ‘Can’t Sleep’, con un ritmo de batería a lo ‘Lust For Life’ de Iggy Pop, la stoniana ‘Cool’, ‘Burn It Down’, un medio tiempo a lo The Black Crowes, o incluso una versión de ‘Do You Love Me’ de Kiss.
Pese a las limitaciones temporales, The Struts se las han apañado para contar con un buen puñado de invitados. Además de Williams tenemos a Tom Morello en la algo setentera, ‘Wild Child’, a Joe Elliott y Phil Collen de Def Leppard en la festiva ‘I Hate How Much I Want You’ y a Albert Hammond Jr. de The Strokes en ‘Another Hit Of Showmanship’ done The Smiths se mezclan con Queen.
No es Strange Days un disco que vaya a marcar una época, ni siquiera que acabe en las listas de los mejores del año, pero si buscas un álbum de rock ligero para pasar la aspiradora o fregar los platos, es una muy buena opción.
MARC LÓPEZ