Que el público tenga de ti una imagen de eterno adolescente puede ser beneficioso durante un tiempo. Pero también puede llegar a convertirse en un problema cuando vas soplando velas y tienes que seguir manteniendo esa idea que la gente ha creado a tu alrededor. Algo así es lo que les ha ocurrido a The Subways con su quinto álbum.
Los ingleses irrumpieron a mediados de los 2000’s con Young For Eternity, uno de esos debuts perfectos para escuchar cuando apenas eres un veinteañero. Como si fueran un actualización de Ash (otra banda que ha tenido que lidiar toda su carrera con el recuerdo de sus primeros trabajos), el trío logró incluso superar con nota la revalida en su segundo largo All Or Nothing. Pero a partir de ahí fueron perdiendo el toque refrescante que les caracterizaba para dar con singles tan adictivos como ‘Rock & Roll Queen’, ‘Oh Yeah’ o ‘Girls & Boys’.
El caso es que Billy Lunn y Charlotte Cooper reaparecen ahora junto a su nueva batería, Camille Philips, ocho largos años después de su último álbum homónimo. Demasiado tiempo en el que el grupo ha caído prácticamente en el olvido y que dudo muchísimo que este Uncertain Joys les ayude a cambiar las cosas a mejor, pues contiene justo lo contrario que cabría esperar de ellos.
Vale que en ‘You Kill My Cool’ nos encontramos con un buen riff y un efectista juego de voces en el estribillo. Pero a la canción le falta potencia, lastrada por una producción que se queda a medio gas. Lo mismo ocurre con ‘Fight’, ‘Black Wax’ o ‘Influencer Killed The Rock Star’, en las que intentan meter una marcha de más pero acaban dejándose el freno de mano puesto.
Eso cuando quieren ponerse rockeros, porque en las inocentonas ‘Love Waiting On You’ y ‘Jolie Cour’ el azúcar les sale hasta por las orejas. La incorporación de los teclados en varios de los temas en lugar de sumar acaban aguándolo todo. Curiosamente, una de los cortes más convincentes es ‘Lavender Amelie’, evocando aquellas bonitas baladas acústicas de su ópera prima. Lástima que el resto no acabe acompañando. Ni siquiera el pastiche de ‘Futures’ (una pieza fallida de tintes progresivos formada por distintas partes) ayuda a maquillar el balance final.
Como si se tratara de una botella de gaseosa que ha permanecido demasiado tiempo abierta, The Subways han perdido buena parte de la fuerza y chispa con la que deslumbraron en sus comienzos. Tal vez sea el precio a pagar en la búsqueda de la eterna juventud.
GONZALO PUEBLA
