Tiene gracia que justo el día en el que se publicaba el nuevo álbum de Bob Mould, Here We Go Crazy, también viera la luz el segundo álbum de The Tubs, una banda que cuenta con el ex Hüsker Dü entre sus influencias más notables.
En Cotton Crow, el grupo galés liderado por Owen Williams (Joanna Gruesome, Ex-Vöid) persevera en ese crudo jangle pop, y algo punk, que ya presentaba en su debut Dead Meat de hace un par de años con nueve canciones que son una verdadera delicia.
Con un registro vocal y un sentido melódico muy parejo al de Mould -basta escuchar ‘One More Day’ o ‘Chain Reaction’-, Williams se abre en canal ofreciendo una visión desmitificadora y costumbrista de sus relaciones sentimentales con referencias a las drogas o escenas en un bar donde suena ‘Faster’ de Manic Street Preachers de fondo, mientras el guitarrista George Nicholls lo adorna con pegadizos punteos de guitarra inspirados en los primeros discos de The Smiths o R.E.M..
El sonido del álbum, algo lo-fi y fangoso, también remite a esas producciones del indie de los 80 que encontrábamos en los discos de Violent Femmes o The Housemartins, dándoles un toque retro y original. Como si fueran los hermanos feos de The Lemon Twigs, sueltan pequeñas perlas pop como ‘Freak Mode’, ‘Illusion’ o ‘Fair Enough’ con modestia y casi timidez.
Hablaba de la influencia de Bob Mould, y Williams parece haberse fijado especialmente en sus dos primeros discos en solitario, con esa mezcla de guitarras acústicas y eléctricas, en los que se notaba más que nunca su admiración por Richard Thompson. La conexión con el reverenciado artista británico no es casual, pues la madre del propio Williams, Charlotte Greig, además de escritora y periodista musical, también era cantante de folk, así que es más que probable que tanto los discos de Thompson como los de su banda Fairport Convention sonaran durante infancia.
La madre juega un papel importante en el disco. La mujer se suicidó en junio de 2014 y Williams ha querido rendirle homenaje poniendo una foto suya en la portada, en la que se le amamantándole cuando era un bebé en un cementerio, y el tema que cierra el disco, ‘Strange’, relata lo extraño que es te pregunten sobre cómo te sientes ante tal desdicha o que un desconocido te sugiera que escribas una canción sobre ello. «Supongo que aquí la tienes», canta antes de rematarlo con un «Qué extraño es todo». The Tubs también son una banda extraña, pero ahí está su encanto.
JORDI MEYA
