Therion siempre han sido una banda ambiciosa, pero el proyecto de ópera sinfónica que publicaron en 2018, Beloved Antichrist, simplemente fue demasiado duro de digerir, incluso para sus más acérrimos fans. Estoy seguro que la mente privilegiada de Christofer Johnsson, pensaba que ésa sería la obra por la que la banda sería recordada hasta el fin de sus días, pero sus tres horas con infinidad de detalles resultaban cuanto menos agotadoras.
Es por eso que ahora con Leviathan ha decidido volver por el camino más directo y simplista de su metal sinfónico, aquél que tan buenos resultados le ha dado en diferentes formaciones a lo largo de los años. Es arrancar con ‘The Leaf On The Oak Of Far’ y sentir que estamos ante un disco diferente, un disco con singles redondos. Se apoyan claramente en el metal más clásico y en infinidad de capas de voces para que su sombra sinfónica apunte más a lo épico que a lo oscuro, con un vigor que no les escuchábamos en más de una década.
Los suecos han sido bastante influyentes dentro del género, creando obras que han sido innovadoras y les han encumbrado en el corazón de los fans, pero sobre todo han sido una banda que ha evolucionado en diferentes direcciones para no estancarse. Es por eso que se entiende a la perfección que en Leviathan vuelvan a un sonido que ya les es familiar, tras haber experimentado con todo lo que les ha apetecido.
Su época más folk se deja ver en trozos de ‘Tuonela’, sin dejar de ser una canción de heavy metal, y si algo le da ese tono más operístico es el genial trabajo de Lori Lewis en temas como la propia ‘Leviathan’. Ella y Thomas Vikström son quienes mantienen esa esencia más distintiva del género, mientras que el resto de la banda vuelve a una encarnación pasada en una producción que intenta resultar los instrumentos más clásicos como guitarra, batería y bajo en favor de enterrar algo los teclados y sintetizadores en la mezcla.
Siendo claros, Therion vuelve a ser una banda divertida de escuchar, sólo hace falta probar ese intento de power metal en ‘Great Marquis Of Hell’. Hay piezas como ‘Die Wellen der Zeit’ que son más grandes de la vida pero no se pasan de pomposas ni de minutaje, para volver a un riffeo metalero básico en ‘Ai Dahka’ que nos vuelve a meter en situación.
Mucho ojito a ‘El Primer Sol’ donde se les puede escuchar cantar en castellano sin sonar demasiado melosos, y es muy probable que vuelvan a cambiar de tercio en unos años, pero de momento han hecho más con menos en canciones que claramente pueden convertirse en himnos en sus directos. Los fans les pedían discos con más ganchos melódicos y han cumplido con creces.
JORGE FRETES