Desde que en marzo publicaran Daño Físico, los madrileños Monteperdido han dado ese estirón al que cualquier grupo aspira cuando publica su segundo trabajo. Letras crudas con las que es fácil identificarse, un sonido indie pop con actitud punk, y un directo contundente son los ingredientes de una receta que cada vez gusta a más gente.

El destino, la suerte, la casualidad, o llámalo como quieras, provocó que en 2019, Bego (voz), Dani (batería), Diego (guitarra), Tomás (guitarra) y Willo (bajo), que estaban tocando en bandas como Ordesa, Yawners, Poor Walter, o Descubriendo a Mr. Mime, formaran Monteperdido. Pero lo que empezó siendo un proyecto paralelo se ha acabado convirtiendo en su ocupación principal.

Tras autoeditarse un primer disco homónimo en diciembre de 2020 y curtirse en directo, el quinteto fue encontrando una identidad que lograron plasmar en los estudios Cal Paul, junto a Borja Pérez, en su segundo álbum Daño Físico (Sonido Muchacho). Canalizando sus propias frustraciones, que también son las nuestras, a través de unas canciones viscerales y pegadizas, Monteperdido han sabido conectar con ese público que todavía no da la batalla de la música de guitarras por perdida.

Desde fuera da la sensación que con Daño Físico habéis pegado un salto respecto a vuestro debut, en cuanto a conciertos y repercusión. ¿Creéis que se debe al contenido del disco en sí o a otro tipo de circunstancias?
BEGO “Es un poco todo. El primer disco lo lanzamos sin ninguna estrategia ni pretensión de llegar a nada. Para entonces todavía no teníamos ni a Marta Abella (de la agencia Lume! -ndr.), nuestra mánager y no teníamos tanta facilidad para conseguir conciertos o visibilidad, y tampoco estábamos con Sonido Muchacho. Con Daño Físico ya teníamos esos apoyos, pero además habíamos tocado nuestras canciones viejas un tiempo, supimos ver qué cosas nos hacían sentir mejor en directo y decidimos componer en base a eso. También nos alejamos un poco del emo para probar otras cosas quizá más comerciales, y un poco por todo esto nos ha ido mejor, ha sido un avance”.
DIEGO “Creo que el sonido y la composición del disco, siendo Daño Físico más ruidoso, más rápido y directo que el primero, tiene algo que ver, pero sí, como dice Bego, el apoyo de Lume! y Sonido Muchacho se dejan notar”.

¿Cómo veis el disco ahora? ¿Conseguisteis plasmar en él todo lo que queríais?
DIEGO “A nivel de letras, Bego es la que más puede contar sobre esto, pero en cuanto al sonido, del que también tiene mucha culpa Borja Pérez, para mí sí que consigue plasmar las sensaciones que buscábamos”.
BEGO “El sonido para mi gusto es mucho más satisfactorio que el de los trabajos anteriores. Seguimos teniendo un estilo un poco extraño, pero siento que vamos refinando nuestra forma de componer en el sentido de que cada vez nos salen canciones que funcionan mejor tanto al oído como en directo. A día de hoy, que llevamos seis meses tocándolo sin parar, ya vemos cosas que podemos mejorar de cara a lo próximo, y por otro lado, nos ha dado tiempo a escuchar música nueva y a querer probar otras cosas en el futuro. Tanto en letras como en sonido creemos que es un disco con el que nos quedamos a gusto en su momento y seguimos viéndolo muy correcto, realmente no le cambiaríamos nada, pero ya estamos pensando en lo siguiente. Es una industria rápida, exige y da mucho input, y ahora los gustos también nos cambian rápido”.

Foto: Sergio Albert

«Las metas altas sirven para conseguir cosas, pero pueden llevar a frustraciones, yo creo que es mejor tomarlo con calma” DIEGO

¿Qué canciones han conectado más con el público en directo? Y al contrario, ¿hay alguna que pensarais, ‘esta va a ser la bomba’ y no ha acabado de cuajar?
DIEGO “Para mí, la que más ha conseguido conectar con el público ha sido ‘Vas A Petar’, que desde el escenario se ve que es de las que más se baila y canta la gente. Me resultó una sorpresa porque creo que es de las más tranquilitas. Pensaba que otras más cañeras como la propia ‘Daño Físico’ o ‘RIP’ serían un poco más las enseñas del disco, pero al final parece que se goza más ‘Vas A Petar’. En cuanto a si hay alguna que parece que no mueve tanto, diría que a lo mejor es ‘Pasión’, que a mí en lo personal me flipa, pero es verdad que no es fija en el set list”.
BEGOBua, ‘Vas A Petar’ ha sido el hit y personalmente ni me lo olía. Yo también pensaba en ‘Daño Físico’ y en ‘RIP’. Por otro lado, ‘Marca 52’ no está funcionando tan bien ni en escuchas ni en directo y me jode mucho. No esperaba que fuera un éxito total, pero jo, es mi favorita, es preciosa, es intensa, elegantísima, no sé, solo tengo buenas palabras para ella y… no ha cuajado, qué rabia (risas). Pero estas cosas son un poco sorpresa siempre”.

Como tantos grupos estáis en esa posición complicada en la que cada vez tenéis que dedicar más tiempo al grupo, pero todavía no os da para vivir exclusivamente. ¿Os genera mucho estrés? ¿Qué tendría que pasar para que pudieseis dedicaros solo al grupo? ¿Es un objetivo a conseguir?
DIEGO “Siendo sincero, yo de normal vivo estresado, porque tengo el umbral de estrés muy bajito a lo mejor (risas), pero tener que combinar los avatares de la vida como trabajo, estudios, etc. con la dedicación a la banda suma otro poquito de estrés, sí. Sobre todo porque igual acabas la semana reventadx y llega el finde y hay conciertos, ensayo… y no descansas. Aún así, poder salir a tocar es un privilegio, si no lo hiciésemos, pues vaya chapa la vida. ‘Es el precio a pagar por estas canciones’ que dicen Viva Belgrado. Para poder dedicarnos solo al grupo tendría que pasar lo que a cualquier banda, creo. Que nos diese para sostenernos, pagar facturas… Sobre si es un objetivo, pues no sé. Es importante pasarlo bien por el camino, que al final es para lo que sirve hacerse una banda, aunque ni siquiera des conciertos y solo estés en el local haciendo canciones y gozándotelas. Las metas altas sirven para conseguir cosas, pero pueden llevar a frustraciones, yo creo que es mejor tomarlo con calma”.
BEGO “A mí solo me estresa componer, cosa que tendré que ir resolviendo en terapia. Salir a tocar me gusta, no siempre es una gran fiesta porque soy insomne y tengo que cuidar la voz y estar preparada para el día siguiente o la semana siguiente, y por tanto beber, hablar y salir son cosas descartadas siempre. Es un trabajo duro y se empieza a hacer cuesta arriba si tocar es muy frecuente y encima solo puedes pagar bocadillos rancios. Yo no tengo un trabajo como tal, soy profe particular y lo soy porque es lo suficientemente flexible como para compaginarlo con esto. No tengo un duro y lo poco que gano se me va en tocar, suplementos y dos trapitos del Vinted. Tengo casi 35 años, me gustaría tener pasta para poder cuidarme cuando salgo de gira, comer bien e ir superbién vestida, pero lo que jamás desearía es tener una vida normal o haber desistido demasiado pronto. Para mí sí es un objetivo ganar al menos lo suficiente como para tener la experiencia de tocar con unos mínimos de bienestar que me permitan cuidar mi salud, disfrutar de un poquito de glamour y tener momentos bonitos con el público, pero no sé cómo ni cuándo pasará, ni si para entonces me hará feliz, así que vivo el presente y dilapido mi miseria comiendo platos combinados en vez de pinchos de tortilla del día anterior”.

¿Hay alguna banda que tengáis como modelo a la hora de gestionar Monteperdido?
BEGO “Tenemos circunstancias muy distintas a las de una banda al uso. Para empezar vivimos en tres comunidades autónomas distintas, eso ya es un esfuerzo. Luego también pienso que somos gente con gustos diferentes y confluir en lo creativo y en cómo nos presentamos en lo visual por ejemplo, es otro desafío. Cada vez hay más mujeres en bandas, pero sobre todo surgen bandas de mayoría o todo mujeres. No es igual ser la única mujer que tener compañeras, mucha atención recae solo en ti cuando además eres precisamente la cantante, y al mismo tiempo no puedes trabajar internamente como si fueras tú sola porque la realidad es que estás en una banda con otras cuatro personas. Por supuesto que hay bandas con una mujer al frente y el resto todo tíos, ha sido un modelo tipiquísimo de toda la vida, pero entre nuestras amistades no hay y por tanto no tenemos referentes cercanos de los cuales sería sensato aprender. Simplemente hacemos lo que creemos que es mejor de forma consensuada”.
DIEGO “No sabría decir, tampoco conozco mucho el funcionamiento interno de otras bandas, pero hay algunas que me dan buena vibra, como Viva Belgrado o Cala Vento. La cosa es tocar, tocar y tocar”.

Si no me equivoco, la idea inicial de la banda era hacer algo en plan ¿black metal? ¿Es cierto o leyenda urbana? ¿Cómo se transita de eso a lo que hacéis actualmente?
DIEGO “Esto lo puede ilustrar también Bego mejor, ya que yo entré un poquito más tarde en Monteperdido, pero no es leyenda urbana, no. Al final, llevamos años haciendo bandas de screamo, punk y cosas en esa onda y siempre apetece probar otro subgénero que escuchas pero no has tocado, o del que te has quedado con ganas. Pero como escuchamos música variada, igual que te apetece tocar una cosa te puede apetecer tocar otra, y pruebas y dices, ‘eh, vamos a cambiar a esto otro, que me está molando’. Al final, creativamente, lo que mola es tener varios proyectos simultáneos de distintos rollos para poder soltar ahí cuerda y quedarte a gusto, pero lo que hablábamos antes del estrés no facilita eso”.
BEGO “No es una leyenda, es totalmente real. No hay tránsito entre nuestra idea inicial y esto que hemos acabado haciendo, simplemente ocurrió. Vimos que funcionábamos así y seguimos, y la verdad nos parece bien porque es más entretenido. El black metal no nos iba a dar solomillo a la piedra tampoco».

En vuestra música hay elementos de pop, emo, punk, post hardcore…  ¿Es un reflejo de lo que crecisteis escuchando?
DIEGO
“Mi experiencia es que, voluntaria o involuntariamente, en tu modo de tocar y de componer se acaba notando más o menos lo que has escuchado. Ya sea porque te aprendes canciones de grupos que te gustan, o tuviste una, o varias, bandas de emo o el estilo que fuese hace años. Eso deja impronta en tu ejecución y tu forma de hacer música, entonces es normal que quieras incorporar ciertos elementos de esa música en lo que haces, o que incluso lo hagas porque es lo que te sale”.
BEGO “A mí me pasa que me gustan unas cosas en un momento dado, intento hacerlas y salen otras. Creo que tengo muy poco control sobre el resultado de mis procesos creativos en general y me figuro que en parte también es por haber escuchado muchas cosas distintas a lo largo de mi vida”.

Foto: Sergio Albert

«Por cómo está funcionando todo, no veo que una banda como nosotrxs pueda influir en la juventud a gran escala» BEGO

Estamos viviendo un momento en el que se cuestionan muchos derechos y libertades que se creían ya consolidados. ¿Sentís cierta responsabilidad como banda de hacer frente a esa corriente? ¿Os sorprende que, sobre todo, haya gente joven con una mentalidad tan reaccionaria?
BEGO “No dejo de flipar, algunos de mis alumnos hablan como señores de hace 100 años, en casa algo escucharán fijo y en sus coles concertados también, pero sobre todo creo que lo aprenden en TikTok. Con los adultos pasa igual, no entiendo por qué después de toda la historia reciente y con toda la información que hay y… no sé, simplemente teniendo ojos en la cara, la gente está tan equivocada y desconectada incluso de su propia realidad precaria. Como personas individuales, claro que tenemos una responsabilidad. Como banda, en algún momento nos tocará decir o hacer cosas cuando la situación sea intolerable. En cuanto a hacer letras políticas, siempre metemos algún huevo de pascua por disco, somos gente discreta, pero sí, el otro día justo comentábamos que ya casi no se hacen este tipo de letras, ahora todo es escribir sobre amor, fiesta y ser un chulx, lo cual tampoco nos disgusta. El problema de todo esto es que para influir primero hay que tener alcance y lo popular no es hacer letras cagándote en Vox. Además, nuestra mentalidad/ética/visión/estilo están muy alejados de los chavales de clase obrera en 2023: dentro de que no tenemos dónde caernos muertxs, somos unxs pijxs con formación universitaria, ideas políticas de izquierda aprendidas en papers y fanzines, y experiencias bastante menos alienantes en general, y por tanto hay una brecha muy profunda. Ojalá el rock vuelva a estar de moda y el individualismo baje dos rayitas, pero por cómo está funcionando todo, no veo que una banda como nosotrxs pueda influir en la juventud a gran escala. Ese poder solo lo tiene gente como PNL o Rosalía”.
DIEGO “Yo creo que la responsabilidad la sientes más a título personal que como banda, aunque no se puede negar que con una banda se le puede dar más salida a tu mensaje. La verdad, el tema de gente joven con mentalidad reaccionaria, por un lado me sorprende, pero por otro, viendo cómo se legitiman los discursos de odio en grandes medios de comunicación, dudo entre si es que hay más gente joven reaccionaria, o que se hace más visible, también por el tema de las redes sociales, que es un canal con mucha relevancia para las generaciones más jóvenes”.

¿Cuál es el momento más feliz que habéis vivido como Monteperdido?
DIEGO “Ha habido muchos momentos muy guays, pero en lo personal, me hizo especial ilusión cuando dos amigos que escuchan otros tipos de música, no recuerdo si fue con el primer disco o con Daño Físico, lejos del apoyo más o menos incondicional que conlleva la amistad y siendo sinceros, al principio me dijeron que no les entusiasmaba y luego ambos me comentaron que cuanto más lo escuchaban, más les gustaba. Pensé, ‘joer, algo estaremos haciendo bien’”.
BEGO “Para mí, el momento que más me ha acercado al delirio de ‘bua ya está, lo hicimos’, fue estrenar Daño Físico en la Sol en Madrid, que se llenó hasta los topes y la gente estaba loquísima y nos salió increíble. Pero anda que no nos queda (risas). Espero que haya muchos momentos mejores”.

MARTA PUIG