El haterismo es uno de los fenómenos más estúpidos de la sociedad actual, así como una victoria del sistema. Además de sólo emitir manifestaciones banales y superficiales, es lo que desean los de arriba: que torpemente canalices tus frustraciones en las redes para que cuatro borregos te rían las gracias.
Ningún post o twit va a conseguir que se tambalee un gobierno, no va a poner en jaque a un banquero ni reescribirá el guión de una serie, así que, o aprendes a canalizar tu furia de manera positiva, caso de Thy Art Is Murder, o mucho me temo que sólo desperdiciarás tus energías de forma ridícula. Porque razones para estar enojados las tenemos a trillones, pero eso hay que dotarlo de un discurso y un análisis crítico si deseas que acabe siendo constructivo.
Precisamente eso es lo que han logrado los australianos en Human Target, un primoroso bofetón a todos los estamentos que han convertido este planeta en una pesadilla.
Desde que la aplastante gravedad de ‘Human Target’ te estruja, asistimos a una inspiradísima retahíla de obuses que atenta contra la epidemia de salud mental que han provocado las mencionadas redes (‘New Gods’), la manipulación de masas por parte del engranaje político (‘Make America Hate Again’) o la nueva religión de la adicción, ésa que va desde los móviles pasando por las farmacéuticas (‘Chemical Christ’).
Mención especial merece ‘Atonement’, un examen sobre la verdad de la violencia sexual además de una expiación de la propia banda por algunas letras misóginas de sus inicios.
Su álbum más completo, un trabajo sin altibajos dotado de una producción apabullante.
PAU NAVARRA