Estoy convencido de que ni Jesse Leach ni Adam Dutkiewicz hubieran llegado a imaginar el grado de aceptación que tendría un proyecto como Times Of Grace. The Hymn Of A Broken Man significó el reencuentro creativo entre ambos 9 años después de que el vocalista abandonase las filas de Killswitch Engage. Contra todo pronóstico, rápidamente se convirtió en un disco muy querido por la fanbase de los de Massachussets.
Teniendo en cuenta que en su carta de presentación se dedicaban a recrear aquel metalcore que les puso en el mapa gracias a obras imprescindibles del género como Alive Or Just Breathing, el reingreso en 2012 de Leach en la banda madre para sustituir a Howard Jones (el mismo hombre que ocupó su puesto diez años atrás), parecía descartar cualquier posibilidad de continuidad. Por mucho que algunos demandasen una secuela, no tenía mucho sentido reactivar el grupo para hacer exactamente lo mismo que han venido ofreciendo Killswitch Engage en sus álbumes más recientes.
Por eso la noticia de que, coincidiendo con el décimo aniversario de su debut, finalmente su segundo disco vería la luz este mismo curso despertaba cierta curiosidad por saber hacia dónde dirigirían sus pasos. Más aún cuando habían anunciado que sus nuevas canciones contendrían influencias tan diversas como el stoner, el blues o incluso el indie rock. Pero me permitiréis que os haga un spoiler antes de entrar en materia: no hay ni rastro de esos estilos en Songs Of Loss And Separation.
Y es que a pesar de que la pareja, junto al batería Dan Gluszak, ha acentuado el componente melódico distanciándose ligeramente de su grupo principal, no pueden esconder de dónde vienen. Si bien cuesta imaginar que medios tiempos como ‘The Burden Of Belief’, ‘Mend You’ (dónde se acercan a los Thrice de la última época) o ‘Carry The Weight’ puedan encontrar su espacio dentro del vocabulario habitual de Killswitch Engage, las pesadas ‘Far From Heavenless’ y ‘Medusa’ nos recuerdan su background metalero. Incluso un corte como ‘Rescue’ podría haber entrado en cualquiera de sus tres últimos trabajos.
A pesar de esa cierta dualidad, lo cierto es que al álbum le cuesta avanzar con fluidez, llegando a la recta final un tanto agotado de tanto usar la misma fórmula: introducción con voz y guitarra, desarrollo buscando la épica y final metiendo algo de caña. Las letras de Jesse, centradas en la lucha contra sus problemas de salud mental apoyándose en su fe cristiana, tampoco escapan de los tópicos y frases hechas utilizadas una y mil veces. Por su parte, Dutkiewicz se descubre como un vocalista competente cuando le toca ponerse delante del micrófono, aunque hacerle sombra a su compañero es otro cantar, claro.
Si eres de los que tiene la ópera prima de Times Of Grace en un pedestal, es muy probable que acabes disfrutando de Songs Of Loss And Separation. Pero si como yo esperabas algo más atrevido, será mejor que busques en otro lugar.
GONZALO PUEBLA