El proyecto sigue siendo cosa de Mike Hill, pero que haya metido a un nuevo baterista, un nuevo bajista y a un guitarrista no es lo más sorprendente que ha hecho últimamente. Nadie esperaba dos lanzamientos de Tombs en un mismo año, pero 2020 está siendo tan raro que ya no viene de ahí.
Justin Spaeth, Matt Medeiros y Drew Murphy sin duda han ofrecido nueva savia al sonido de Tombs, y el EP Monarchy Of Shadows, publicado en febrero, demostró una vez más que Hill era capaz de hacer un disco intenso con una atmósfera asfixiante. Ahora con Under Sullen Skies ha tenido el doble de tiempo, ha metido el doble de canciones, pero a pesar de bajar casi a la mitad la velocidad de los tempos, no consigue el mismo efecto que con el EP. Este álbum navega en tierras mucho más pantanosas, con grandes ideas, incluso demasiadas, pero sin riffs tan interesantes y con una producción sobrecogedora que traerá de los pelos a los más puristas. Eso sí, se encuentra entre sus discos más accesibles, al lado de Savage Gold de 2014.
La voz de Mike Hill sigue siendo la piedra angular de Tombs, y con los quiebros de ritmo, o esos solos de guitarra como los de ‘Barren’, donde colabora Ray Suhy de Six Feet Under, estamos presenciando un renacer de unos Tombs más penetrables, no tan oscuros, ni tan perdidos en la experimentación. En ‘The Hunger’ incluso se atreven a coquetear con el black’n’roll con ayuda de Dwid Hellion de Integrity, y dejan por un momento esas baterías tan salvajes y precisas para disfrutar del viaje.
Sorprende que con una formación tan reciente, las ideas no suenen forzadas, y su baile de géneros encaje tan bien. Under Sullen Skies es su trabajo más ecléctico, alejado del black metal, sin renunciar a él, pero apoyándose sobre todo en el death y el doom. Aun así ganaría muchos enteros si fuese algo más corto y directo como Monarchy Of Shadows.
JORGE FRETES