Un buen disco lo es independientemente de la época en que se escuche, pero es evidente que algunos parecen funcionar especialmente cuando las temperaturas empiezan a subir, y el espíritu vacacional se respira en el ambiente ni que sigas trabajando.
A continuación os ofrecemos una selección que nuestros discos preferidos de verano, que cubren desde el rock clásico hasta el nu metal pasando por música mariachi. Esperamos que también se conviertan en los vuestros.
INCUBUS – Morning View
Elegido por Gonzalo Puebla
No falla. Cada vez que se acerca el buen tiempo y saco los pantalones cortos del armario es señal inequívoca de que ha llegado el momento de recuperar un año más el Morning View de Incubus. Algo tiene este álbum que desde siempre me ha evocado al verano. Puede que sea por esa portada tan sugerente, porque Brandon Boyd y compañía son unos locos del surf, porque lo grabaron en una mansión de Malibú… Pero cuando aprieta el calor, va directo al reproductor del coche cuando voy camino de la piscina (aquí en Madrid lo de la playa está complicado, ya sabéis…).
De algún modo todas las canciones desprenden un buen rollo que lo hace ideal para escuchar cerca del mar. Con ese hit veraniego por bandera que es ‘Wish You Were Here’, la envolvente ’11am’, la calma-tempestad de ‘Just A Phase’… Rayos, hasta la pachanguera ‘Are You In?’ debería ser el himno de cualquier chiringuito que se precie.
MARIACHI EL BRONX – Mariachi El Bronx
Elegido por David Garcell.
Muchos grupos presumen de ser eclécticos, pero ninguno se ha atrevido a llevarlo tan lejos como The Bronx. El primer álbum que publicaron con su alter ego Mariachi El Bronx en 2009 supuso un auténtico shock para los seguidores de una banda acostumbrada a descargar hardcore punk. Pero la seriedad con la que se tomaron este proyecto, dejaba claro que esto no era una simple broma.
Es imposible que escuchando los arreglos de temas como ‘Cell Mates’, ‘Slave Labor’ o ‘Quinceniera’ a base de trompetas, violines y guitarrones no te levanten el ánimo y dibujen una sonrisa en tu rostro. ¿A alguien se le ocurre un plan mejor que estar en una fiesta alrededor de una piscina comiendo tacos y bebiendo margaritas mientras suena Mariachi El Bronx de fondo? A mí no.
WEEZER – Blue Album
Elegido por Luis Benavides
“Tú llevas tu coche al trabajo, yo cogeré mi tabla; y cuando te quedes sin gasolina yo seguiré flotando”. Eso cantan Weezer en ‘Surf Wax America’, tema incluido su mítico debut, un disco con solera que me sigue sonando refrescante y veraniego como el primer día. Curiosamente, como sus adorados Beach Boys, los cuatro miembros de Weezer no son unos avezados surfistas. Pero eso poco importa aquí.
En el primer disco de los californianos también encontramos otro hit ideal para el periodo estival, ‘Holiday’. En el segundo verso de este corte, el noveno de un disco sin desperdicio, cantan eso de “no importan las maletas o el mapa, no los necesitaremos allá donde vamos. Vamos hacia donde sopla el viento, sin saber dónde nos quedaremos”. Nerds sí, pero también aventureros. Aunque este disco salió en mayo de 1994 y fue grabado en Nueva York (con el gran Rick Ocasek que en paz descanse), este disco azul como el mar rezuma estío y te transporta a las playas de la Costa Oeste.
AC/DC – Ballbreaker
Elegido por Pau Navarra
Ahora que termina el confinamiento obligatorio, empieza el mío voluntario. El de cada verano, vaya. Y es que, más allá de los días de festi, los de negro no solemos asociar este periodo con la felicidad. Imposible ser persona a estas temperaturas… ‘Disco de verano’, como puedan tenerlo otros estilos vía The Offspring, Blink-182 o los Beach Boys, no creo que tengamos, pero sí alguno que, a modo personal, lo asociemos irremediablemente con estos meses. Sin lugar a dudas, el mío es Ballbreaker de AC/DC.
Era agosto de 1996 y, como siempre, llegaba el momento de que mis padres se pegaran el viajazo sin los críos. Ellos hacían vacaciones de nosotros… y nosotros de ellos con los abuelos, para qué nos vamos a engañar. Al volver del rincón que fuera siempre caían algunos presentes, pero llegó un momento en que ya estábamos creciditos y no valía un playmobil cualquiera. De esta forma, once meses después de su salida, a mi hermano Andreu le trajeron la cinta de Ballbreaker… pero en realidad fue a mí a quien le hicieron el regalo de su vida.
Gracias a mis bros ya había tenido mucho contacto con el hard rock, el heavy y el metal extremo incluso, pero fue a los 11 cuando me obsesioné de verdad por una banda. Así, antes de mi fascinación por Judas Priest, todo mi amor fue volcado en los australianos.
En mi opinión, Ballbreaker es la última gran obra de AC/DC. Simplemente no tiene lagunas, y en un momento en que los videoclips eran vitales y empapelar una ciudad con tu álbum sólo estaba al alcance de artistas realmente relevantes, Angus Young y compañía volvieron a evidenciar que su reinado sería eterno.
La oscura ‘The Furor’, la tremenda chulería de ‘Boogie Man’ y ‘The Honey Roll’. Irresistibles ‘Burnin’ Alive’ o ‘Whiskey On The Rocks’. Puñetazos del tamaño de Godzilla como ‘Caught With Your Pants Down’, ‘Hard As A Rock’, ‘Hail Caesar’ y ‘Ballbreaker’. Un cuarto de siglo después, su cristalina pegada sigue noqueándome.
SYSTEM OF A DOWN – Toxicity
Elegido por Jordi Meya
No recuerdo la fecha exacta, pero sí sé que era un día a principios de julio de 2001. Estaba a punto de salir de la redacción de la extinta Rocksound, cuando me llegaron dos sobres por mensajero. En aquella época todavía era la norma que las discográficas mandaran CD’s promocionales de avance con bastante semanas de antelación para que pudiese salir la reseña en la revista del mes de lanzamiento. Como ocurría a menudo, eran CDR’s planchados, con apenas una hoja con los títulos y sin portada ni nada.
El caso es que en un sobre estaba Iowa de Slipknot, que salía el 28 de agosto, y en el otro Toxicity de System Of A Down, que salía el 4 de septiembre. ¡Menuda triunfada!
Como era verano y hacíamos jornada intensiva, me pillé los dos CD’s y como muchas tardes me fui para la playa de la Barceloneta. Me tumbé en la toalla y con el Discman (¿os acordáis?) me puse el de System primero, porque me despertaba más curiosidad. Y vaya… el de Slipknot ya no lo escuché hasta llegar a casa. Durante tres horas escuché Toxicity una y otra vez. Aunque el orden de los temas no era el mismo que apareció en su versión definitiva, la ristra de hitazos era impresionante.
En un verano tan convulso como el que vamos a vivir, canciones como ‘Prison Song’ o ‘Deer Dance’ siguen siendo de lo más vigentes.
CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL – Willy And The Poor Boys
Elegido por Alba Rodrigo
Uno de los veranos más populares -musicalmente hablando- es el de 1969, el año del emblemático Festival de Woodstock. Entre la ristra de excelentes artistas que formaban el cartel se encuentran Creedence Clearwater Revival, quienes pese a ser la primera banda contratada apenas disfrutaron de su paso por allí (tuvieron que tocar pasadas las 3:00 am porque Grateful Dead alargaron el setlist con varias jams). Sin embargo, esa anécdota no impidió que 1969 fuese su gran año gracias a, nada más y nada menos, que el lanzamiento de tres álbumes excepcionales: Bayou Country, Green River y Willy And The Poor Boys.
Éste último es considerado uno de los discos más políticos del grupo por las letras de John Fogerty en temas como ‘Fortunate Son’ o ‘Don’t Look Now (It Ain’t You or Me)’. Si a la conciencia de clase le sumas una serie de riffs sencillos y composiciones melódicas que abarcan el rock sureño y el rockabilly, se te queda el acompañante perfecto para deleitar los atardeceres estivales o viajar por carretera.
BANNER PILOT – Collapser
Elegido por Berta Martínez
Cuando me preguntaron cuál era mi disco favorito de verano intenté cerrar los ojos un momento, teletransportarme a algún lugar que oliese a sal e imaginar qué estaría sonando en ese preciso instante. No es una cuestión fácil, he de admitir, pues verano es sinónimo de conciertos y de escuchar música a todas horas. Pero si tengo algo claro, es que no hay 2020 sin sorpresas ni verano sin punk rock.
Collapser es un álbum en el que Banner Pilot descargan toda su energía convertida en 34 minutos de ese poderoso punk rock tan característico del Midwest americano. Con este disco de 2009 los de Mineápolis dieron el salto y ficharon por Fat Wreck Chords, lo que marcaría un antes y un después en su corta carrera y en la calidad de producción de sus trabajos
Lo que me gusta de Banner Pilot es que representan, para mí, la madurez de este estilo. Cuando tienes treinta y tantos ya no quieres escuchar historias de instituto sobre amores imposibles entre pasillos y ellos consiguen, manteniendo la esencia de su estilo, profundizar y llevarlo al
Sus melodías frescas, bajos vibrantes, letras con las que todos nos podemos identificar y las claras influencias de Jawbreaker o The Lawrence Arms lo convierten en el compañero perfecto para conducir con las ventanas bajadas y el viento en la cara mientras piensas que ojalá no llegue nunca el otoño.
VAN HALEN – 1984
Elegido por Toi Brownstone
Por fin llega el verano, y con él vuelven el olor a bronceador, los cocktails, las horribles chancletas, los helados, las metidas de tripa en bañador, y ¡Van Halen! Si hay un disco que pone las pilas para ir a la playa más chula que Tony Manero es 1984. Un disco que empieza con ‘Jump’ y ‘Panama’, por muy quemadas que las tengamos, ya puede ser declarado ganador, pero es que luego te encuentras con ‘Top Jimmy’ o ‘Hot For Teacher’ y no puedes bajar de la ola.… El último disco con Diamond Dave, completamente desatado, y Eddie Van Halen sacando humo de la guitarra. El resultado final es un disco rezuma cocaína y energía a espuertas ¡Alegría de vivir!
NO USE FOR A NAME – Making Friends
Elegido por Jordian Fo
Para mí el verano es tiempo de punk rock melódico. Dejo un poco apartados el NYHC más macarra, la vieja y la nueva escuela del hardcore y me dejo atrapar por las melodías vocales y el buenrollismo. Y en este campo No Use For A Name eran unos auténticos maestros. He elegido su disco Making Friends por varios motivos: contiene magníficas canciones como ‘Invincible’ y ‘On The Outside’ (donde Karina Deniké de Dance Hall Crashers da la réplica vocal perfecta a Tony Sly), esa portada con unos boy scouts de acampada alrededor de una fogata nocturna cantando canciones refleja una estampa típicamente estival y el título supone una declaración de intenciones que se facilita con el calor y el aire libre. Haciendo amigos.
RADIO FUTURA – La Canción De Juan Perro
Elegido por Richard Royuela
Desde hace ya muchos años mi manera de inaugurar la temporada estival es ponerme La Canción De Juan Perro de Radio Futura. No tengo ni idea del motivo, pero es un álbum que siempre me deja animado y tiene un punto tan vital que casa perfectamente con el espíritu del verano. Reconozco que este año aún no me lo he puesto, con lo que en mi casa el verano no ha comenzado todavía, pero visto que poco a poco ya salimos del agujero en el que hemos estado, no creo que tarde mucho en rescatar mi viejo vinilo.
De los méritos musicales del álbum, creo que poco queda por decir. Que esté considerado como uno de los grandes discos que se han hecho aquí, no es una afirmación gratuita. Canciones como ‘En Un Baile De Perros’, ’37 Grados’ o ‘El Canto Del Gallo’ siguen sonando tan frescas como en el ya lejano 1987, año en que se editó esta maravilla.
Elegido por Jorge Fretes
Hardcore, punk, tablas de skate y de surf, Andalucía, PMA, piscinas, barbacoas y conciertos petados en centros autogestionados. Todo ello lo supieron captar en el álbum,
16 canciones que hablan de la amistad, la diversión, la vida de un verano eterno con melodía y hasta asuntos políticos/sociales que entran mejor en tono hardcore. Dos discos le sucedieron, pero con Glory Days fueron los jefazos. Sólo hace falta buscar los videoclips en YouTube y los conciertos grabados. Huele a sal y sudor.
DAVID LEE ROTH – Eat´Em And Smile
Elegido por Andrés Martínez
Si se trata de poner banda sonora a un día de playa y diversión está claro que Diamond Dave estaría entre los elegidos y desde que el 7 de julio de 1986 salió a la calle su magnífico debut en solitario (si no contamos su delicioso EP anterior), incluso los incunables que grabó con Van Halen quedan al margen.
Escuchar temas como ‘Goin´Crazy’, ‘Yankee Rose’, ‘Big Trouble’ o ‘Shy Boy’ en medio de una playa o en una piscina mientras te tomas tu combinado favorito es lo más cerca que puedes estar del paraíso. No hay nada comparable. Quizás me digáis que en un frio de invierno también se pueden disfrutar de estas canciones pero decididamente no es lo mismo, para eso están Fair Warning o Women And Children First de Van Halen, trabajos mucho más oscuros.
Eat´Em And Smile, y no nos olvidemos de su pintoresca versión en castellano Sonrisa Salvaje, es diversión, risas, despreocupación, días luminosos y una celebración de la vida. Ya lo dijo Steve Vai, el estratosférico guitarrista que acompañaba las locuras de Roth en ese álbum: “Nos hemos divertido mucho grabando el disco y eso se refleja en el sonido que hemos conseguido que es auténticamente salvaje. Para mí, es el álbum ideal que poner justo antes de salir de fiesta un maravilloso fin de semana de verano”.
THE ATARIS – So Long, Astoria
Elegido por Marc López
He estado dudando entre escoger Bleed American de Jimmy Eat World o este So, Long Astoria. Me ha costado, pero al final me he decantado por el cuarto álbum de The Ataris ya que siempre he pensado que era algo así como el equivalente musical de The Goonies. Y no sólo por su título en el que se hace referencia a la ciudad en la que transcurría la película. El disco está lleno de cantos a la amistad, recuerdos de esas noches de verano que parecían eternas y tiene ese punto de nostalgia que todos sentimos cuando llega septiembre y hay que volver a la rutina.
Kris Roe bordó aquí algunas de sus mejores melodías (‘My Reply’, ‘Unopened Letter To The World’, ‘Radio #2’, ‘I Won’t Spend Another Night Alone’…) y la producción de Lou Giordano es cojonuda con el punto justo entre un sonido radio friendly y la energía de una banda de rock. Y por si fuera poco incluye una versión de ‘The Boys Of Summer’ de Don Henley, uno de los himnos definitivos de verano.