O el tiempo se ha encogido, o las carreras de los grupos se han acelerado, o algo rara pasa, porque no me entra en la cabeza que In The Court Of The Dragon sea ya el décimo disco de estudio de Trivium. Para que nos hagamos una idea ¡Hardwired… To Self Destruct era el décimo de Metallica!
Pero como no podía ser de otra manera en una banda acostumbrada a un ritmo tan alto de trabajo -además de publicar diez discos en menos de 20 años, no paran de girar-, lejos de aprovechar la pandemia para relajarse, han empleado el año pasado para componer y grabar un nuevo álbum. Y no es un álbum cualquiera. Como ocurriera con el anterior What The Dead Men Say, publicado en abril de 2020, a In The Court Of The Dragon también habrá que colocarlo entre los mejores de su catálogo. Incluso un punto más arriba que su predecesor.
Desde la intro instrumental ‘X’, la banda nos invita a entrar en un mundo épico y heavy, muy heavy, donde despliegan su artillería en todo su esplendor. Aunque en sus inicios se les intentó encasillar como una banda de metalcore, bien pronto los de Florida quisieron dejar claro que en su música cabía cualquier influencia -siempre que viniera del metal, claro- y su décimo trabajo es como un concentrado de todas las ramas del género.
Aquí encontramos un poco de todo, desde temas 100% marca de la casa, en los que combinan estrofas muy cañeras en plan Machine Head con partes melódicas como la propia ‘In The Court Of The Dragon’ o ‘Like A Sword Over Damocles’, a piezas más accesibles como ‘Feast Of Fire’ o ‘From Dawn To Decadence’, con estribillos gigantescos, todo aderezado con magníficos solos de guitarra y un Matt Heaffy que cada vez se muestra más versátil como vocalista.
Pero donde de verdad Trivium se sacan la chorra esta vez es en los tres temas en los que han dado rienda suelta a su vena progresiva: ‘The Shadow Of The Abattoir’, ‘Fall Into Your Hands’ y la espectacular ‘The Phalanx’, que cierra el álbum. Cada uno supera los siete minutos de duración, pero en ningún un momento estás pensando que quizá se les ha ido la olla. Al revés, te hace pensar en un futuro en el que, como han hecho Iron Maiden en su última etapa, se vuelquen totalmente en esta faceta. En ellos Trivium nos sorprenden con algún toque folk, arreglos orquestales cortesía de Ihsahn (Emperor), riffs inverosímiles, arrebatos death y todo lo que puedas imaginar.
No son la mejor banda del mundo, pero en el mundo de Trivium, no hay nadie mejor que ellos.
DAVID GARCELL