El peor defecto de U2 es que parecen incapaces de hacer nada que no sea a lo grande. Todo en ellos viene acompañado de un aire de trascendencia, como si el mundo tuviera que detenerse cada vez que dan un paso, que acaba jugando en su contra sobre todo cuando lo que ofrecen es más humo que otra cosa.
Incluso en un proyecto como este Songs Of Experience, que por su naturaleza debería ser algo modesto, se ha convertido en otro ejemplo de su desmesura. Ya de entrada la idea de que una banda veterana regrabe sus canciones en formato acústico es poco original y contradice su discurso de querer estar siempre a la vanguardia. Podría excusarles que durante el confinamiento les apeteciese matar el tiempo jugando con sus viejas canciones. Como en el caso de Springsteen y su disco de versiones soul, hasta hubiera sido un pasatiempo para sus fans si lo hubiesen lanzado mientras estábamos encerrados en casa, pero con la pandemia ya en el retrovisor, lo normal es que sea percibido como un trabajo innecesario y un síntoma de lo poco que tienen ya que decir.
Lo empeora todavía más que los irlandeses hayan incluido nada menos que 40 canciones; me imagino que les hacía gracia poder empezar con ‘One’ y terminar con ’40’. Son 10 temas por cada miembro, aunque tampoco queda claro cuál es la vinculación de cada uno con el repertorio asignado. Pero lo peor es que nos intenten vender que esto va más allá de un unplugged de toda la vida. Y uno bastante malo. Que Bono haya reescrito algunas de las letras con la coartada de establecer un diálogo con su yo joven, o que The Edge asegure que era una manera de comprobar si sus canciones menos conocías podían aguantar al lado de sus clásicos, simplemente no cuela. A todo esto, ya están hypeando que su próximo disco será super guitarrero… Me gustará verlo.
De momento lo que tenemos aquí son arreglos poco imaginativos (las cuerdas y piano no aportan nada) un Bono cae una y otra vez en el error de cantar en falsete como para demostrar su madurez como vocalista, y ni una sola versión que mejore la original. A lo sumo podría darles el mérito de intentar darle una segunda oportunidad a algunos de sus temas menos conocidos, pero claro, habiendo 40 casi parece más una necesidad por alcanzar esa cifra que una decisión artística. ¿Salvaría algo de la quema? Quizá ‘The Fly’, ‘Red Hill Mining Town’, ‘All I Want Is You’, ‘Desire’ y poco más. Y será por sobreexposición pero suenan ‘With Or Without You’, ‘Vertigo’, ‘Sunday Bloody Sunday’ o ‘Beautiful Day’ y te dan ganas de cortarte las venas.
Si con Songs Of Surrender pretendían que nos rindiésemos, lo han conseguido, pero no precisamente a su talento, sino por cansinos.
JORDI MEYA
